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Portada-Detalle de momia expuesta en el Museo Brüning de Lambayeque, Perú. (Public Domain)

¿Conquistaron chinos y japoneses el antiguo reino precolombino de Sipán?

En los textos de Marco Polo, el viajero italiano describe la existencia de un lugar llamado Cipan-go, que en chino significa país de Cipán. Algunos historiadores creen que este nombre se refiere al antiguo reino del Señor de Sipán, situado en lo que hoy es Perú.

En 1987, diversos arqueólogos peruanos entre los que figuraba Walter Alva, identificaron en la pirámide de Huaca Rajada de Lambayeque la primera tumba intacta de un gobernante de gran riqueza junto con más de 400 espléndidos ornamentos, que incluían emblemas y atuendos de alto rango pertenecientes al que más adelante pasaría a ser conocido como el “Señor de Sipán”.

 

 

Asimismo, en el año 1991 se encontraron otras tumbas. Más concretamente se recuperó –entre otras- la tumba del Señor de Sicán, en la Huaca del Oro (o del Loro), ubicada en Batán Grande, en la costa norte de Perú y datada entre los siglos XI y XII.

Máscara funeraria de la cultura lambayeque o Sicán hallada en Batán Grande. Museo de Sicán, Perú. (Sican123/CC BY-SA 4.0)

Máscara funeraria de la cultura lambayeque o Sicán hallada en Batán Grande. Museo de Sicán, Perú. (Sican123/CC BY-SA 4.0)

Vínculos genéticos orientales

El antropólogo japonés Kenichi Shinoda, quien extrajo muestras de ADN a los restos recuperados, reveló en el año 2009 que en dichas muestras se encontraron vínculos genéticos con poblaciones contemporáneas de Ecuador, Colombia, Siberia, Taiwán y el pueblo Ainu, del norte de Japón, según declaraciones del director del Museo Nacional de Sicán, Carlos Elera a los medios locales y recogidas por Archaeology Daily.

Se cree que los ancestros de los Ainu y los siberianos llegaron a América a través del estrecho de Bering, antes o después del gran deshielo producido hace unos 11.800 años, viajando por mar y siguiendo la costa. De hecho, los rasgos de los ojos de las numerosas máscaras y adornos de oro encontradas en las tumbas del reino de Sicán, son de tipo oriental.

Naylamp y Lambayeque

Existe un mítico personaje conocido como Naylamp que tiene numerosas representaciones, todas ellas con los ojos rasgados. Su leyenda narra que, en compañía de su mujer Cetemi, y un gran séquito, bajó en barco desde las tierras mayas hasta Lambayeque, donde construyeron el Templo Chot en la Huaca Chotuna.

Familia de la cultura Ainu fotografiada en 1904. Imagen extraída del libro ‘Ainu: Spirit of a Northern People’ (‘Los Ainu: el espíritu de un pueblo del norte’). (Public Domain)

Familia de la cultura Ainu fotografiada en 1904. Imagen extraída del libro ‘Ainu: Spirit of a Northern People’ (‘Los Ainu: el espíritu de un pueblo del norte’). (Public Domain)

En estas tierras conocidas como valle de Moche habitaron la cultura Mochica y la cultura Lambayeque. Numerosas pirámides de adobe de grandes dimensiones se encuentran en la zona recordándonos el gran imperio que fueron en su época.

“Es el primer contexto funerario intacto de un gobernante del antiguo Perú que muestra al mundo de hoy toda su magnificencia y una valiosísima información para conocer y reconstruir el nivel de desarrollo tecnológico, organización socio-política y pensamiento religioso de los Moche o Mochicas, una de las más importantes culturas pre-incas”, explica el equipo del Museo Tumbas Reales del Señor de Sipán en su página web.

Entre los años 1987 y 2000, además de examinar las características del santuario Mochica de Sicán, también se consiguieron identificar otros trece enclaves funerarios de diferentes épocas y jerarquías que evidencian cambios culturales y una compleja organización de la élite mochica. Una vez más, los descubrimientos daban pie a pensar en ancestrales vínculos con otras culturas milenarias orientales.

Tumi, cuchillo ceremonial de la cultura Lambayeque cuyo mango es una representación de Naylamp ataviado con su máscara, con los ojos almendrados y alas en los costados. Naylamp está considerado como el fundador de esta cultura. Museo Etnológico de Berlín, Alemania. (Public Domain)

Tumi, cuchillo ceremonial de la cultura Lambayeque cuyo mango es una representación de Naylamp ataviado con su máscara, con los ojos almendrados y alas en los costados. Naylamp está considerado como el fundador de esta cultura. Museo Etnológico de Berlín, Alemania. (Public Domain)

Por su parte, el arqueólogo Victor Curay Rufasto, del Museo Nacional de Sicán de la ciudad de Ferrañafe, Perú, destacó una “impresionante y majestuosa máscara de oro pintada de rojo, que tiene ojos con cuentas de esmeralda y de ámbar. El tocado muestra la majestuosidad de los antiguos señores de Sicán”. Un objeto que se halló en la Huaca Loro de la gran pirámide del mismo nombre, descubierta por el investigador japonés Izumi Shimada entre finales de 1991 y principios de 1992 y donde dos enterramientos, pertenecientes a la más alta élite, aportaron numerosos adornos de oro y metales.

Además, en el Museo del complejo Huaca Rajada del distrito de Zaña se muestran los hallazgos de la rica tumba de un sacerdote guerrero de Sipán.

El Dr. Carlos Gustavo Elera, director del Museo Nacional de Sicán, explica a su vez que la investigación que dio con los valiosos hallazgos de esta cultura se inició en Pampa Grande: un gran asentamiento mochica de Lambayeque con una ciudad construida en torno a una gran pirámide de adobe, conocida como la Huaca Fortaleza: una ciudad destruida entre los años 700 y 750 de nuestra era.

Máscara funeraria del Museo de Huaca Rajada de Sipán, Perú. (Public Domain)

Máscara funeraria del Museo de Huaca Rajada de Sipán, Perú. (Public Domain)

También se reveló que esta cultura se ubicaba en un asentamiento con gran densidad de montículos o pirámides de adobe, grandes canales y desarrollados valles agrícolas. Luego evolucionó y se trasladó al área de Pómac, en Batán Grande, donde además de encontrarse pirámides se cuentan hasta unos 100.000 pozos y cientos de trincheras dejados por los saqueadores, que buscaban robar los objetos de los enterramientos más ricos.

Marco Polo y Cipango

En los relatos de Marco Polo, que  fueron publicados por varios autores, se habla de Cipango, Ciampagu, y Zipangri. Al respecto, el investigador Enrique García Barthe opina que la sílaba final Go, correspondería al sonido Guo, que significa país para los chinos.

En dichos relatos se indica que Kublai Khan decidió mandar una flota para conquistar Cipan-go, la cual regresó en 1269. García Barthe defiende que la invasión a Cipanguo, es decir al Reino de Cipán, tuvo lugar antes de que reinara el XI monarca inca, Huayna Cápac, que murió en 1525, y después del X inca Topa Yupanqui, que reinó hasta 1492, del cual se conoce al menos una navegación oceánica.

Mosaico que representa a Marco Polo y se encuentra en la Villa Orengo de los Jardines Botánicos Hanbury de Ventimiglia, Italia. (Public Domain)

Mosaico que representa a Marco Polo y se encuentra en la Villa Orengo de los Jardines Botánicos Hanbury de Ventimiglia, Italia. (Public Domain)

En las tierras de Sipán se explotaba el oro, como lo demuestran los numerosos objetos preciosos encontrados en las tumbas, hecho que se cree pudo motivar el oscurantismo de la información histórica. Los relatos de Marco Polo detallan que al mando de dos jefes, mencionados en una versión como Anatar y Santhm y en otra como Abatan y Vonsancin, tras algunas escaramuzas se logró conquistar el país de Cipán, aunque más tarde fueron vencidos y debieron rendirse para salvar sus vidas.

Enrique García Barthe explica que Marco Polo describió a Cipango como una isla muy grande que se encontraba al Oriente, en alta mar. Los historiadores creen que Marco Polo se refería a las Indias Occidentales, es decir a América. Una explicación con respecto a la reducida distancia dada por Polo es que se habría considerado la concepción ptolemaica de que el mundo no superaba los 180 grados. Por otra parte, se ha descartado que pudiera referirse a las distancias con Corea y las islas de Japón y Taiwán, que son de sólo unas 100 millas. De hecho Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, en una carta enviada a su amigo Toscanelli, escribió que su padre midió en 10 espacios ( 2500 millas) la distancia desde las Antillas a Cipango.

A su vez, Marco Polo describió a sus habitantes de la siguiente manera: “eran blancos, de linda figura, eran  idólatras (creyentes), y tienen Rey”(…)”En esta isla hay un Rey libre y franco que ningún tributo da a otro señor. La gente de esta isla habla la lengua de Persia”. Al referirse a los Persas, los historiadores suponen que se refiere al arameo persa, que nunca se habló en Japón.

Mapa de Toscanelli del año 1463 con la situación de Cipango, territorio que, históricamente, siempre se ha relacionado con Japón. (Public Domain)

Mapa de Toscanelli del año 1463 con la situación de Cipango, territorio que, históricamente, siempre se ha relacionado con Japón. (Public Domain)

Por otra parte, existen quienes creen que la leyenda de Naylamp se refiere en realidad a un gobernante que llegó del otro lado del mar con su mujer y un séquito de unos cuarenta oficiales.

Vocablos chinos en Perú y Chile

En cuanto a la terminología que podría ligarse a la visita de los chinos al Perú, aparece la ciudad de Chan Chan, fundada al norte del país, cuyo nombre es el mismo que el de una antigua ciudad de Cantón en China. Al respecto, el investigador García Barthe cita que Francisco Pizarro habló de una princesa con la piel “como cáscara de huevo”, y existen pruebas físicas de una momia Chimú, rubia, que estuvo expuesta en el Museo de Ciencias Naturales de la Ciudad de La Plata, Argentina.

Asimismo, en el Museo Tumbas Reales de Sipán se describe que en la región se registraron numerosos enterramientos de culturas posteriores. De este modo, se conocen 50 tumbas pertenecientes a las culturas Lambayeque, Chimú y Chimú-inca, en las que los posteriores habitantes realizaron modificaciones.

Francisco Pizarro habló de una princesa con la piel “como cáscara de huevo,” y existen pruebas físicas de una momia Chimú, rubia, que estuvo expuesta en el Museo de Ciencias naturales de la Ciudad de La Plata, Argentina. En la imagen, retrato de Francisco Pizarro, detalle de la obra "La Dinastía de los Incas". Casa Nacional de la Moneda de Potosí, Bolivia. (José Fuertes/CC BY-SA 4.0)

Francisco Pizarro habló de una princesa con la piel “como cáscara de huevo,” y existen pruebas físicas de una momia Chimú, rubia, que estuvo expuesta en el Museo de Ciencias naturales de la Ciudad de La Plata, Argentina. En la imagen, retrato de Francisco Pizarro, detalle de la obra "La Dinastía de los Incas". Casa Nacional de la Moneda de Potosí, Bolivia. (José Fuertes/CC BY-SA 4.0)

García señala además que el término tártaro para Jefe o Rey es Chinchi: el mismo título pronunciado con una H de diferencia, Sinchi, era el de los jefes incas, como Sinchi Roca.

También hay algo de chino en el nombre Chile, escrito como Chili en los mapas históricos de Santiago. Se sugiere que corresponde al Golfo de Chili: antiguo nombre utilizado hasta el siglo III para denominar al gran golfo en el que desemboca el Río Amarillo en China, según indica la cartografía de la Universidad Complutense de Madrid, España, traída por los navegantes. Del mismo modo, existen grabados en rocas muy semejantes a la antigua escritura oriental, por lo que queda aún mucha investigación pendiente con respecto a si los milenarios chinos visitaron alguna vez las culturas preincaicas.

Imagen de portada: Detalle de momia expuesta en el Museo Brüning de Lambayeque, Perú. (Public Domain)

Autor: Anastasia Gubin - La Gran Época

Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.

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