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portada: Fotografía de algunos de los cráneos descubiertos y que corresponden al Tzompantli principal de Tenochtitlan. Foto: Jesús Villaseca/Jornada.Unam.Mx

Descubierto el que puede ser el “Gran Tzompantli” de México-Tenochtitlán con al menos 35 calaveras

Un equipo de expertos pertenecientes al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México afirma haber descubierto el “Gran Tzompantli” de México-Tenochtitlan. Sorprendentemente, el hallazgo se ha localizado en pleno centro histórico de la capital mexicana, en la calle Guatemala para ser más precisos.

A sólo 2 metros de profundidad apareció una sección de una plataforma con una altura aproximada de 45 centímetros y de, al menos, 13 metros de largo por 6 metros de ancho. En su núcleo interior es donde se ubica el que se ha identificado como el gran Tzompantli de México-Tenochtitlan: un elemento circular construido a base de cráneos humanos unidos por una argamasa compuesta de cal, arena y gravilla de tezontle. De los cráneos recuperados se han identificado 35 hasta el momento.

 

 

Un tzompantli era una estructura que disponía de una especie de orificios en los que se colgaban cráneos, manos, orejas y diversas partes del cuerpo de los sacrificados, generalmente prisioneros de guerra, con la intención de honrar a los dioses mexicas. Era un altar en torno al cual se llevaban a cabo todo tipo de rituales para perpetuar la fertilidad, lograr buenas cosechas, etc. De hecho, el término “tzompantli” significa en náhuatl “muro de calaveras”. El tzomplantli se reservaba para personajes muy escogidos de entre los sacrificados y se erigía después de un minucioso ritual. Primero, sirviéndose de un cuchillo, extraían el corazón de las víctimas, que solían colocar en una caja de piedra o, simplemente, se lo comían. Después las decapitaban y cocían las cabezas para descarnarlas. Finalmente las alineaban en el tzomplantli.

Tzompantli vinculado al Templo Mayor, Códice Ramírez. (Wikimedia Commons)

Tzompantli vinculado al Templo Mayor, Códice Ramírez. (Wikimedia Commons)

Según escribe el cronista Alfonso Caso,

“El sacrificio más común consistía en arrancar el corazón a la víctima, ofreciéndolo enseguida al dios. Para ello, cuatro Sacerdotes colocaban sobre una piedra (llamada “Techcatl”) al sacrificado, y lo sujetaban por sus extremidades, mientras que un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho para arrancarle el Corazón; que era a continuación, ofrecido a los dioses.  La sangre era dada a gustar a los Ídolos, la carne, tenida por divina, era comida y el corazón era depositado en un recipiente llamado: “Cuauxicalli”. En otras ocasiones, durante la fiesta en honor a Xiutecuchtlil, dios del Fuego, la víctima era arrojada con intervalos sobre un montón de brasas.  Otras formas de sacrificio consistían en tener al prisionero atado en cierto lugar para luego lanzarle flechas hasta que éste muriese. La sangre que caía a la tierra se suponía que la hacía fértil. En honor a la tierra y a Xipe Tótec, se desollaba a la víctima después de matarla y el sacerdote se vestía con su piel. No dejaba de haber, para algún valiente Guerrero enemigo, la oportunidad de luchar por su vida antes de aplicársele la muerte común. Esto ocurría sobre todo en la fiesta del “Tlacaxipehualiztli” que consistía en el simulacro de un combate contra varios de los guerreros Aztecas mejor armados. Este sacrificio fue después llamado Gladiatorio. Había meses consagrados al sacrificio de niños en los que eran llevados a las cumbres de los montes, adornados con plumajes y guirnaldas; sus sacrificadores los acompañaban tañendo instrumentos musicales, cantando y bailando.”

La ceremonia de inmolación tenía como objeto el pedir lluvias y si los niños lloraban se consideraba un buen augurio. El corazón les era arrancado como parte final del acto. En la fiesta del “Toxcatl” se sacrificaba a un mancebo (imagen de Tezcatlipoca), a quien durante todo un año se le agasajaba con fiestas y regalos, preparándosele para la muerte. Los ritos exigían que hubiese también ofrendas y oraciones, sahumerios con copal y otros actos. Las calaveras de los sacrificados se conservaban en el “Tzompantli”, o gradería de cal y piedra. El de Tenochtitlán, según diversos cronistas, tenía no menos de 136.000 de ellas en el tiempo de la Conquista.

Detalle de Tzompantli ubicado en el Templo Mayor de la Ciudad de México. (Wikimedia Commons)

Detalle de Tzompantli ubicado en el Templo Mayor de la Ciudad de México. (Wikimedia Commons)

Los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma, Investigador Emérito del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava, Coordinador Nacional de Arqueología y Raúl Barrera, Director del Programa de Arqueología Urbana fueron los encargados de hacer público el descubrimiento, fruto de los trabajos iniciados el mes de Febrero y que se dieron por acabados a finales del pasado mes de Junio.

A lo largo de la rueda de prensa convocada, Raúl Barrera explicó que, “es un muro de tezontle con un recubrimiento de estuco y piso de lajas, orientado de norte a sur, que presentaba asociados mandíbulas y fragmentos de cráneos dispersos sobre la plataforma y un elemento circular elaborado de cráneos humanos unidos con argamasa, de los cuales preliminarmente pueden observarse 35, pero consideramos que deben ser muchos más”. Asimismo, indicó que el Tzompantli se ha datado entre los años 1486 y 1502, dentro de la sexta etapa constructiva del Templo Mayor.

Según continuó exponiendo el experto Raúl Barrera, la mayoría de los cráneos corresponden a hombres adultos jóvenes, pero también los hay pertenecientes a mujeres y niños. Muchos de ellos fueron removidos y alterados durante la Conquista, al destruirse Tenochtitlan y su Recinto Sagrado. “Lo importante es que ya se tiene la ubicación precisa del Templo de Ehécatl, el Juego de Pelota y en particular del Tzompantli, citado en las fuentes históricas por los conquistadores, como Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Andrés de Tapia, así como por frailes y cronistas entre los que se encuentran Bernardino de Sahagún, Francisco López de Gómara, José de Acosta y Hernando Alvarado Tezozómoc, entre otros, porque nos están mostrando la estrecha relación que existe entre estos edificios y el Templo Mayor”, añadió el investigador.

Miembros del equipo científico trabajando en el yacimiento donde se ha encontrado el “Tzompantli mayor de Tenochtitlan”. Foto: INAH/Jornada.Unam.Mx

Miembros del equipo científico trabajando en el yacimiento donde se ha encontrado el “Tzompantli mayor de Tenochtitlan”. Foto: INAH/Jornada.Unam.Mx

Por su parte, Eduardo Matos Moctezuma recordó que Fray Bernardino de Sahagún ya había mencionado la existencia de varios tzompantlis y de dos juegos de pelota, así como la asociación de estos elementos. “Por su ubicación, creemos que se trata del Huey Tzompantli, es decir, el Tzompantli mayor de Tenochtitlan. Esta estructura tenía un simbolismo específico y muchos de estos cráneos podrían ser de enemigos de los mexicas que eran capturados, sacrificados y decapitados, como una advertencia de su poderío”.

A su vez, Pedro Francisco Sánchez Nava confirmó que, de acuerdo con la política del INAH, es una prioridad poner en valor estos vestigios. “Por el momento se piensa continuar la exploración y la consolidación de los elementos encontrados y, en el futuro, que este espacio pueda ser visitado por el público”, aseguró el célebre arqueólogo.

Coordinados por Raúl Barrera y con Lorena Vázquez como jefa de campo, el equipo científico de este proyecto está integrado por los arqueólogos Sandra Liliana Ramírez Barrera, Ingrid Trejo Rosas, Janette Linares Fuentes, Edgar Pineda Santacruz, Moramay Estrada Vázquez y la antropóloga física Bertha Alicia Flores Hernández. Gracias a su incansable labor y a su gran profesionalidad también se ha logrado recuperar una ofrenda asociada a la última etapa constructiva, compuesta por fragmentos de 2 o 3 piezas de travertino blanco, que fueron sacrificadas de modo ritual, así como otra ofrenda más, alterada en la época colonial, formada por 21 cascabeles de cobre y cuentas de piedra verde.

Imagen de portada: Fotografía de algunos de los cráneos descubiertos y que corresponden al Tzompantli principal de Tenochtitlan. Foto: Jesús Villaseca/Jornada.Unam.Mx

Autor: Mariló T. A.

 

FUENTES:

Expertos del INAH hallan el gran Tzompantli de México-Tenochtitlán. Artículo/20-08-2015 https://www.sinembargo.mx/20-08-2015/1457771

Hallan el tzompantli principal de Tenochtitlán en Centro Histórico del DF. Artículo/20-08-2015https://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/08/20/descubren-el-tzompantli-principal-de-tenochtitlan-en-el-centro-del-df-6011.html

El tzompantli en Mesoamérica  y las “torres de cabezas” en Asia https://www.arqueomex.com/S2N3nTzompantli120.html

Tzompantli. Museo de la Ciudad. https://museodelaciudadqro.org/?p=1932

El Tzompantli. https://www.turistayucatan.com/el+tzompantli-viewarticle-31.html

Imagen de Green Fairy

Mariló T.A.

Escritora freelance, bloguera y especialista en redes sociales, Mariló trabaja y colabora desde hace años en diversos medios de comunicación online. Apasionada de la naturaleza, los animales, la fotografía, la ecología, el biodinamismo, la espiritualidad, las civilizaciones antiguas, los viajes... Lee mas
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