Categorías  
Portada-Mosaico expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles que representa a Alejandro combatiendo a los persas en la batalla de Issos. (Public Domain)

Misterios de la Antigüedad: ¿dónde está la tumba de Alejandro Magno?

Rey, guerrero, unificador y conquistador; son palabras que a menudo se utilizan para describir al hombre conocido como Alejandro Magno de Macedonia, quien a muy temprana edad se dispuso conquistar el mundo conocido, y casi lo consiguió antes de cumplir los 33 años.

Tras el asesinato de su padre, el rey Filipo II de Macedonia, durante la boda de su hermana en el año 336 a. C., Alejandro Magno se convirtió en el nuevo monarca, con tan sólo 20 años de edad. Acto seguido, Alejandro parecía decidido a convertir en realidad tangible la frase que, según fuentes históricas le había dicho su progenitor: “Busca, hijo mío, un reino igual a ti, porque en Macedonia no cabes”.

 

 

En los siguientes dos años, Alejandro se anexionó Grecia y comenzó su conquista de Asia: el imperio Persa no tardó en caer, y Egipto fue el siguiente. Sería precisamente en Egipto donde se erigiría en su honor la gran ciudad de Alejandría. Además, mientras se dirigía hacia la India conquistó y estableció colonias macedonias en Persia. Asimismo, conquistó el norte de la India y destronó a Poros, su rey.

Busto de Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno. Museo Ny Carlsberg Glyptotek de Copenhague, Dinamarca. (Public Domain)

Busto de Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno. Museo Ny Carlsberg Glyptotek de Copenhague, Dinamarca. (Public Domain)

Durante la conquista del imperio persa -y habiendo llegado hasta la India-, sus ejércitos se negaron a seguir adelante por hallarse en los confines del mundo conocido, por lo que Alejandro emprendió su viaje de regreso a Babilonia. Durante dicho trayecto inició una serie de avanzadillas con el fin de poder llevar a cabo una campaña hacia el oeste con el objetivo de conquistar Roma y Cartago. Sin embargo, contrajo unas fiebres y murió en Babilonia el 10 de junio del año 323 a.C., cuando contaba apenas 32 años de edad. Pero, ¿dónde está el lugar de su descanso final? Desafortunadamente, nadie lo sabe a ciencia cierta.

La tumba de Alejandro

En algún momento, según narra el antiguo historiador romano Quinto Curcio Rufo, en su Historia de Alejandro el GrandePtolomeo I, general de Alejandro y futuro rey de Egipto (305 a. C.) se hizo con el cadáver del malogrado y joven rey. Concretamente escribe:

“El cuerpo de Alejandro fue llevado a Menfis por Ptolomeo, en cuyo poder había caído Egipto, y desde allí fue trasladado unos años después a Alejandría, en donde cada señal de respeto se mantiene como pago en memoria a su nombre”.

Mapa en el que se señala la máxima extensión del imperio de Alejandro y la ruta seguida por éste a lo largo de sus conquistas, así como las “Alejandrías”: algunas de las ciudades fundadas por él. (Captain Blood/CC BY-SA 3.0)

Mapa en el que se señala la máxima extensión del imperio de Alejandro y la ruta seguida por éste a lo largo de sus conquistas, así como las “Alejandrías”: algunas de las ciudades fundadas por él. (Captain Blood/CC BY-SA 3.0)

Posteriormente, entre los años 220 a. C. y 205 a. C., Ptolomeo IV Filopátor pudo haber trasladado nuevamente los restos de Alejandro, depositándolos en un mausoleo común, junto con los de algunos de sus predecesores de la dinastía ptolemaica. De hecho, varios emperadores romanos informaron de su visita a la tumba de Alejandro. Uno de ellos fue Octavio, el futuro emperador Augusto, quien al parecer visitó la tumba en el año 30 a. C. ofreciendo sus respetos con flores y colocando una corona de oro sobre la cabeza momificada del Gran Alejandro. Parece ser que la última visita imperial romana fue la de Caracalla en el año 215 d. C. Desde entonces, la posible ubicación de la tumba se perdió en el curso de la historia.

En busca de la tumba

Numerosas instituciones de todo el mundo siguen buscando la tumba perdida de Alejandro. Así, en el año 2008, investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania anunciaron que una tumba de la aldea de Vergina, en el norte de Grecia, era la de Filipo III Arrideo, hermano de Alejandro Magno. Entre los objetos allí descubiertos destacaban un casco, un escudo y una corona de plata que los investigadores creen que podrían haber pertenecido al propio Alejandro ya que, supuestamente, su hermano reclamó estos elementos después de su muerte.

Asimismo, durante el otoño pasado, científicos del Museo Arqueológico de Tesalónica confirmaron lo que ya se había planteado con anterioridad, que los huesos encontrados en las dos tumbas debían ser los de Filipo II, padre de Alejandro Magno y los de su hijo Filipo III.

El “lárnax” de oro de Filipo II de Macedonia. Un larnax o lárnax es un sarcófago de pequeño tamaño – normalmente de barro cocido o adobe – utilizado en la Antigua Grecia como urna o "cofre de cenizas". Museo de Vergina, Grecia. (Harrygouvas/Wikimedia Commons)

El “lárnax” de oro de Filipo II de Macedonia. Un larnax o lárnax es un sarcófago de pequeño tamaño – normalmente de barro cocido o adobe –  utilizado en la Antigua Grecia como urna o "cofre de cenizas". Museo de Vergina, Grecia. (Harrygouvas/Wikimedia Commons)

La búsqueda de la tumba de Alejandro Magno continúa. Pero, por desgracia, con el paso del tiempo, su lugar de descanso fue trasladado en numerosas ocasiones, así como el paisaje de las antiguas ciudades en las que podría haberse encontrado. Sin embargo, los restos de su padre y su hermano, así como algunos de los objetos que probablemente utilizó a lo largo de su vida, han sido recuperados por los científicos actuales, acercando su leyenda a nuestra realidad contemporánea.

Tal vez algún día no muy lejano, su lugar de descanso final sea, una vez más, el emplazamiento al que la gente pueda acercarse para ofrecer sus respetos al hombre que casi gobernó el mundo.

Relieve de Alejandro Magno ante Amón-Ra. Templo de Luxor, Egipto. (Neithsabes/CC BY-SA 3.0)

Relieve de Alejandro Magno ante Amón-Ra. Templo de Luxor, Egipto. (Neithsabes/CC BY-SA 3.0)

Imagen de portada: Mosaico expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles que representa a Alejandro combatiendo a los persas en la batalla de Issos. (Public Domain)

Autor: Paul Darín - La Gran Época

Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.

Imagen de ancient-origins

Ancient-Origins

En Ancient-Origins.es creemos que uno de los más importantes campos del conocimiento que podemos estudiar como seres humanos es el de nuestros propios orígenes. Y si bien algunos pueden parecer satisfechos con ellos, nuestra opinión es que existe un gran... Lee mas
Siguiente Artículo