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Ancient Origins España y Latinoamérica

Más de 150.000 hombres, mujeres y niños masacrados por las tropas de Julio César en el año 55 a. C.

Un depósito de huesos y objetos enterrados en un lugar cercano al punto en el que se encuentran los ríos Waal y Mosa dan testimonio de una masacre genocida de proporciones trágicas. Como registró el propio Julio César en sus crónicas, en este lugar se libró una sangrienta batalla en el 55 a. C., que tuvo como resultado el genocidio de entre 150.000 y 200.000 germanos, incluidos mujeres y niños, en lo que hoy es Holanda.

Arqueólogos de la  Universidad Libre de Ámsterdam, trabajando con el fruto de tres décadas de hallazgos arqueológicos, así como con datos históricos y geoquímicos, han extraído sus propias conclusiones acerca de los oscuros acontecimientos que tuvieron lugar hace miles de años entre las tropas de Julio César y dos tribus germánicas, los Tencteros y los Usipetes, tal y como informa PastHorizons. Estos descubrimientos sitúan a Julio César en suelo holandés por primera vez en el registro histórico.

Un pueblo traicionado y destruido

En el Libro IV de su De Bello Gallico, el dictador romano Julio César nos ofrece una crónica detallada de los acontecimientos que llevaron a la masacre, al parecer la más antigua batalla de la que se tiene noticia sobre suelo holandés.

Las dos tribus germánicas, llegadas desde el este del Rin en la primavera del 55 a. C., habían solicitado asilo al César, tras haber sido expulsados de sus tierras por otra tribu, los Suevos. El comandante romano rechazó su petición, aunque a cambio les propuso que compartieran su territorio con otra tribu también enemiga de los Suevos.

Mapa de la región: en rojo y negro, los movimientos y emplazamientos en los que acamparon los romanos y las tribus de los Tencteros y Usipetes. Imagen: Universidad Libre de Amsterdam

Tencteros y Usipetes al parecer solicitaron una tregua de tres días para considerar la oferta, pero Julio César, sin previo aviso, dio orden a sus hombres de que destruyeran a ambas tribus, “violentamente,” revela  IBTimes.

En lo que se describe como  “el peor César con diferencia,” el comandante romano envió a sus ocho legiones y a su caballería en persecución de las dos tribus que huían. Las legiones las rodearon y las masacraron: hombres, mujeres y niños.

“Envié a mi caballería en su persecución.”

“Los germanos oyeron gritos tras ellos, y cuando vieron que estaban matando a sus mujeres e hijos, tiraron sus armas y huyeron precipitadamente del campamento.”

“Cuando llegaron al punto en el que los ríos Mosa y Rin confluyen vieron que no tenía sentido seguir huyendo.”

“Un gran número de ellos fueron masacrados, y el resto cayeron al río, donde murieron vencidos por la ansiedad, la fatiga y la fuerza de la corriente.”Julio César, De Bello Gallico, Libro 4, 14-15

Réplica del casco de hierro de un hombre a caballo del Ejército romano del siglo I a. C. Fotografía: Universidad Libre de Ámsterdam

El comandante romano parece afirmar con orgullo en su crónica que virtualmente exterminó a estas dos tribus, acabando con las vidas de entre 150.000 y 200.000 personas, en unos hechos a los que los arqueólogos se han referido como ‘genocidio’.

La arqueología confirma muertes y rituales

Desde 1975 se han descubierto en Brabant Kessel puntas de lanza, 20 espadas de hierro, un casco, hebillas de cinturón y otros objetos de metal datados en la Edad del Hierro, además de gran cantidad de huesos. Esta es la primera vez, sin embargo, en la que los expertos han sido capaces de vincular estos hallazgos arqueológicos con la historia de la masacre de César durante la Guerra de las Galias.

Cráneo de una mujer a la que mataron los ejércitos de César. El orificio revela un trauma letal causado probablemente por un arma arrojadiza. Fotografía: Universidad Libre de Ámsterdam

Se hallaron en el yacimiento restos óseos de hombres, mujeres y niños, partidos y deteriorados. Las marcas y orificios en los huesos indican heridas de lanza, espada y arnas arrojadizas. La datación mediante carbono-14 de los restos ha revelado que son de finales de la Edad del Hierro, y los análisis de estroncio realizados sobre su esmalte dental apuntan a que los individuos no eran nativos de esta región holandesa, tal y como informa PastHorizons.

Los dientes y mandíbulas hallados en el yacimiento revelan que los individuos masacrados no eran nativos de esta región holandesa. Fotografía: Universidad Libre de Ámsterdam

Resulta particularmente interesante el hecho de que algunas de las espadas descubiertas hubieran sido deliberadamente destruidas o dobladas, indicando a los investigadores que se realizó algún ritual relacionado con la inutilización de estas armas.

Espadas de finales de la Edad del Hierro halladas en Kessel. Algunas de ellas se encontraban dobladas, lo que indica que probablemente fueran inutilizadas mediante algún tipo de ritual. Fotografía: Universidad Libre de Ámsterdam

Nico Roymans, arqueólogo de la Universidad Libre de Ámsterdam, ha afirmado en una conferencia de prensa que ha tenido lugar en el Museo Allard Pierson: “Aunque César no tenía una intención explícita [...] de destruir tribus germánicas, tuvo que darse cuenta de que sus acciones de facto tenían como resultado la destrucción al menos parcial de estos grupos étnicos.”

“Esto explica por qué César en sus crónicas de guerra, sin sonrojo alguno, ofrece una descripción detallada del uso de la violencia a gran escala contra pueblos galos y germánicos que se resistían a la conquista romana.”

Imagen de portada: Huesos humanos datados a finales de la Edad del Hierro. Fotografía: Universidad Libre de Ámsterdam.

Autor: Liz Leafloor

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.