X

We value your privacy

We and our partners use technology such as cookies on our site to personalise content and ads, provide social media features, and analyse our traffic. Click below to consent to the use of this technology across the web. You can change your mind and change your consent choices at anytime by returning to this site.

Ancient Origins España y Latinoamérica

Confirmado: hace 14.000 años ya existían ocupaciones humanas en la actual Pampa argentina

Arroyo Seco 2 es un yacimiento arqueológico situado a 5 kilómetros de la ciudad de Tres Arroyos, Argentina. Ubicado en una lomada, entre el Arroyo Seco y una laguna pequeña, fue descubierto por aficionados a la arqueología en la década delos años 70 del pasado siglo. Desde entonces, ha sido cuna de algunos de los hallazgos más importantes de la región, llegando hasta dataciones de hace 12.500 años. En él se han descubierto restos humanos, mamíferos del Pleistoceno y abundante instrumental lítico. De hecho se han recuperado 46 esqueletos humanos de diversos enterramientos individuales y múltiples, entre los que se incluyen algunas osamentas infantiles y algunos ajuares funerarios formados por collares, adornos, dientes de zorro y pigmentos minerales.

Ahora, según informaciones publicadas por el portal Noticias de la Ciencia, el análisis radiocarbónico –que mide las concentraciones del elemento químico carbono 14– de un hueso de caballo y otros materiales confirma una datación aún más antigua: 14 mil años. Las conclusiones de este estudio se publicaron días atrás en la revista PLOS ONE.

El yacimiento de Arroyo Seco 2: (A) Localización geográfica de Arroyo Seco 2. (B) Modelo digital del relieve de la loma y la situación de las unidades de excavación. (C) Fotografía del emplazamiento de las zanjas y principales unidades de excavación. (Composición: Gustavo G. Politis, María A. Gutiérrez, Daniel J. Rafuse, Adriana Blasi/PLOS ONE)

Si bien el material óseo se encontró hace ya algunos años, por medio del presente estudio fue sometido a un método de datación radiocarbónica mediante el uso de un acelerador de partículas en Estados Unidos.

“Estoy a cargo de las excavaciones de ese lugar desde hace tres décadas, y si bien no se han encontrado restos humanos de esta antigüedad, este hueso largo de caballo americano extinto tiene marcas muy claras de acción antrópica: una fractura producto de un golpe contra un yunque. (…) Lo que se analizó de manera muy precisa es el colágeno del hueso, y el resultado indica que vivió hace 14 mil años, lo cual reconfirma la hipótesis de presencia humana ya en ese entonces”, ha explicado Gustavo Politis, investigador superior del CONICET y director del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA, CONICET-UNICEN), donde dirige un grupo dedicado al estudio de la región pampeana.

Radio de un ejemplar de Equus neogeus (caballo prehistórico extinto) datado en el 12170 a. C. con un margen de error de 45 años. Tres vistas del hueso en las que se señalan los impactos. (B) Vista detallada de muescas y hendiduras en la superficie de los huesos. Las líneas punteadas señalan la máxima profundidad y anchura de las marcas. (Fotografías: Gustavo G. Politis María A. Gutiérrez Daniel J. Rafuse Adriana Blasi/PLOS ONE)

Aunque el científico afirma que eso es mucho tiempo para la datación más antigua conocida de la ocupación humana en esta región del planeta, reconoce que tampoco es algo insospechado.

“Primero, porque ya habíamos encontrado otras piezas de esa antigüedad, específicamente restos de un megaterio, un perezoso gigante que habitó América durante ese período. Y en segundo lugar, por el antecedente de Monte Verde, un sitio arqueológico chileno aproximadamente de la misma antigüedad y que se estudia hace 30 años,” ha aclarado Gustavo Politis.

Gustavo Politis, en el centro y de espaldas, dirigiendo los trabajos en las excavaciones del yacimiento arqueológico Arroyo Seco 2. (Fotografía: Noticias de la Ciencia/Gustavo Politis)

Unos primeros grupos humanos que estarían formados por cazadores-recolectores nómadas que habrían vivido en pequeños campamentos. Hasta el momento nunca se han encontrado restos de proyectiles de piedra, que sí han aparecido en cantidad en yacimientos más recientes.

“Creemos que Arroyo Seco está vinculado a la primera expansión humana desde el nordeste asiático en América. No creo que sea lo más antiguo; ya que conforme avanzan las investigaciones podrían aparecer registros anteriores, pero hay que tener en cuenta que no eran sitios de ocupación prolongada, y por lo tanto es difícil visibilizarlos. (…) Quizá utilizaban puntas de lanza de madera, y por eso no se han conservado. Lo que sí se ha podido determinar es que esta gente hacía visitas frecuentes a las sierras de Tandilia, distantes a 150 kilómetros, para proveerse de materia prima. Entonces seguramente emplearían algún instrumento cortante, imprescindible si cazaban y comían grandes mamíferos”, continúa reflexionando el experto.

Muestra de piezas líticas halladas en niveles asociados con fauna extinta: (a) rascador lateral, cuarcita; (b) escama retocada, cuarcita; (c) escama retocada, cuarcita; (d-e) rascadores hechos con guijarros de playa redondeados; (f) guijarro con talla bipolar. Todos estos materiales fueron recuperados en la zona inferior de las unidades Y y S, y en la zona superior de la unidad Z. (Fotografía: Gustavo G. Politis María A. Gutiérrez Daniel J. Rafuse Adriana Blasi/PLUS ONE)

Según explica Politis, las evidencias de Arroyo Seco 2, junto con las recuperadas en Patagonia y Chile, muestran el final de la expansión del Homo sapiens en el mundo.

“Son datos que contribuyen a la idea de que los seres humanos llegaron a América después de la última glaciación, producida hace entre 22.000 y 18.000 años. Creemos que empezaron a arribar desde Asia cuando los hielos se fueron derritiendo, bordeando litoralmente la costa pacífica en algún medio de navegación hasta lo que hoy es EEUU y México, y de ahí se expandieron relativamente rápido por el continente”, ha apostillado finalmente el arqueólogo.

Imagen de portada: Dibujo de una familia de cavernícolas comiendo en torno al fuego. Imagen meramente representativa. (Public Domain)

Autor: Mariló T. A.