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Ancient Origins España y Latinoamérica

La Masonería podría haber ocultado incómodos datos sobre el naufragio del Titanic

Sobre el hundimiento del Titanic aún no está todo dicho. Según informaciones aparecidas en el diario británico Daily Telegraph, la investigación sobre el naufragio del navío, del que se dijo que “ni Dios lo podría hundir”, pudo haber estado influida por una sociedad secreta: la Masonería.

La Masonería o Francmasonería se define como una organización de carácter secreto que reúne a individuos agrupados en entidades conocidas como logias bajo un precepto de fraternidad. La institución se autodefine como filantrópica, filosófica, simbólica y no religiosa, de propiedad iniciática y con la finalidad de impulsar el progreso moral e intelectual de las personas.

La historia británica desde 1733 a 1923 podría ser reescrita en gran parte o, al menos vista con otros ojos, si se considera la enorme influencia ejercida siempre por la Masonería, a menudo secretamente, en los más altos niveles del reino. Así lo han confirmado las listas con unos dos millones de nombres de “hermanos” destinadas a ser publicadas en Ancestry.com, página web especializada en búsquedas genealógicas, sobre el trasfondo de revelaciones que parecen acreditar, entre otras cosas, el papel clave de la logia para “desviar” la investigación sobre el Titanic.

Sede en Londres de la Gran Logia Unida de Inglaterra. El edificio conmemora a los 3225 masones caídos en la Primera Guerra Mundial. (Public Domain)

No se trata de material difundido por conspiradores empedernidos ni por fanáticos de las teorías del complot, sino de una serie de archivos ocultos durante demasiado tiempo en algún cajón polvoriento y cuyo contenido fue publicado por el Daily Telegraph, diario favorito del establishment de Londres.

Junto a los nombres de masones ya conocidos, como Winston Churchill, Eduardo VIII y Oscar Wilde, la lista incluye, además, al duque de Wellington, al rey Jorge VI -padre de Isabel II- y al científico Alexander Fleming.

Pero de forma más generalizada, revela también, la significativa pertenencia a la secta de cientos de personajes poderosos: miembros de la dinastía real, generales, jueces y altos funcionarios. Una red capaz de cambiar el curso de la historia y, según algunos expertos, de oscurecer, sin demasiados esfuerzos, las incómodas verdades con respecto al naufragio del Titanic.

Según los nuevos datos publicados, incluso el rey Jorge VI de Inglaterra habría pertenecido a una importante logia masónica. En la foto, el monarca en uniforme de mariscal del ejército británico. (Bertram Park/Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos)

La investigación llevada a cabo por las autoridades británicas tras el hundimiento de la célebre nave en el océano Atlántico durante la noche del 14 al 15 de abril de 1912, después de chocar contra un iceberg en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York y que provocó la muerte de 1517 personas, terminó en nada. Sólo 700 pasajeros sobrevivieron.

Tal y como ha indicado el Telegraph, entre los principales protagonistas del caso se encontraban varios miembros de la logia: el masón Lord Mersey, jefe de la comisión que debía establecer la responsabilidad de la compañía naval británica White Star Lane, propietaria del transatlántico, y el también masón Sydney Buxton, presidente del British Board of Trade, y miembro asimismo de la comisión de investigación.

Precisamente el British Board of Trade habría sido señalado en una investigación paralela del senado estadounidense por haber aprobado un reglamento que permitía a los armadores británicos ahorrar en equipamiento, con un número de botes salvavidas insuficiente comparado con la capacidad de pasaje a bordo. La falta de botes, especialmente para quien viajaba en tercera clase, acabó revelándose como una de las causas evidentes del elevado número de víctimas en el desastre del Titanic. Sin embargo, la investigación británica pasó este dato por alto, olvidando mencionarlo.

La proa del pecio del Titanic, fotografiada en junio del año 2004. (Public Domain)

En los listados masónicos publicados por Ancestry aparecen además los nombres de muchos de los peritos consultados, así como el de Lord Pirrie, dueño de los astilleros Harland and Wolff de Belfast, donde supuestamente fue construida la nave “imposible de hundir”. Todos masones, y todos solidarios -según se sospecha- a la hora de guardar los secretos más inconfesables.

“La investigación sobre el Titanic en Gran Bretaña fue tildada de encubrimiento, ya que exonera a la mayoría de los involucrados. Sólo tres pasajeros fueron entrevistados y eran todos de primera clase”, ha declarado a History.com Nic Compton, experto en el tema y autor del libro “Titanic on Trial” (‘El Titanic a juicio’).

Los registros demuestran la amplia participación que los masones han tenido en la sociedad británica. A medida que la Gran Logia de Inglaterra se acerque a su 300 cumpleaños, que se celebrará en el 2017, podremos proporcionar acceso a mayor número de detalles de sus antiguos miembros”, ha admitido por último Diane Clements, directora de la Biblioteca y Museo de la Francmasonería de Londres.

Bruce Ismay y William Pirrie inspeccionando el Titanic antes de su botadura, que se llevaría a cabo el 31 de mayo del 1911. (Public Domain)

Imagen de portada: Fotomontaje artístico del hundimiento del Titanic. Arriba a la derecha, símbolo masónico: el compás, la escuadra y la ‘G’. (Fotografía: la Gran Época)

Autor: SIPSE/Agencias

Este artículo fue publicado con anterioridad en La Gran Época y ha sido publicado de nuevo en www.ancient-origins.es con permiso.