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Ancient Origins España y Latinoamérica

Migración Euroasiática Masiva de Regreso a África Revelada por los Huesos de un Etíope de Hace 4.500 Años

Se ha secuenciado por primera vez un antiguo genoma africano gracias al descubrimiento de un esqueleto de hace 4.500 años en una cueva de Etiopía. El ADN recuperado a partir de los huesos sugiere que una masiva migración de pueblos de Oriente Medio en dirección a África tuvo lugar hace miles de años, remodelando la más antigua historia del ser humano.

Debido a la frágil naturaleza de los restos humanos en los climas cálidos, obtener cualquier tipo de ADN de antiguos cadáveres africanos ha sido siempre difícil. No obstante, Mota cambió esto: el antiguo esqueleto de un cazador-recolector que vivió hace 4.500 años fue descubierto en el 2012 en una cueva del macizo de Etiopía, al sudoeste del país. Llamado ‘Mota’ por la cueva del mismo nombre en la que se le encontró, había sido enterrado bajo unas condiciones climatológicas frescas y áridas, y cuando los científicos analizaron su hueso petroso (que se encuentra justo debajo del oído), fueron capaces de recuperar hasta 500 veces más muestras de ADN de lo que es habitual a partir de otros huesos, según informa NewScientist.

El coautor del estudio Dr. Andrea Manica de la Universidad de Cambridge declaró al BBC World Service que, “Lo que fuimos capaces de conseguir fue un ADN intacto de alta calidad a partir del cual hemos podido reconstruir el genoma completo del individuo.”

“Tenemos la secuencia completa, hasta el último gen, hasta el último pedacito de información que hacía que este individuo viviera hace 4.500 años en Etiopía.”

El Macizo Etiópico: en él se encuentra la cueva de Mota, en cuyo interior se descubrieron los huesos de “Mota”, un cazador-recolector de hace 4.500 años. (CC BY 2.0)

Estos hallazgos, que constituyen un hito histórico, fueron publicados esta semana en la revista Science. En el resumen de su artículo, los investigadores escriben: “Utilizamos este genoma para demostrar que el reflujo euroasiático hacia el interior de África llegó de una población estrechamente emparentada con los agricultores de principios del Neolítico, que ya habían colonizado Europa 4.000 años antes. La extensión de este reflujo fue mucho mayor de lo que teníamos noticia hasta ahora, alcanzando África Central, África Occidental y el sur de África.”

El genoma de Mota reveló que su ADN era africano puro, lo que significa que sus ancestros jamás abandonaron África. Los científicos creen que los humanos modernos (Homo sapiens) emigraron desde África por primera vez hace entre 60.000 y 125.000 años. La nueva información genética, cuando se compara con la composición de genomas africanos más modernos, demuestra que 1.500 años después de la muerte de Mota, el trasfondo genético del continente ya había cambiado, sugiriendo que hace unos 3.000 años una gigantesca migración tuvo lugar de regreso a África—y los científicos aún se están preguntando el porqué.

Mapa que describe las primeras migraciones humanas desde África. Los científicos están estudiando actualmente una migración masiva DE VUELTA a África que tuvo lugar aproximadamente hace 3.000 años. (Public Domain)

Aún no está claro por qué estas poblaciones emprendieron su viaje. En la revista Smithsonian podemos leer que no hay indicios hasta la fecha que sugieran un cambio climático u otro acontecimiento importante que pudiera haber justificado esta migración masiva.

Un equipo de arqueólogos y hombres de la tribu Gamo del sudoeste de Etiopía descubrieron la cueva de Mota en las montañas, mientras contemplaban un río desde un lugar elevado. Tiene 14 metros de ancho (46 pies) y 9 metros (30 pies) de alto.

Durante las excavaciones en la cueva, descubrieron el esqueleto de un varón adulto. Había sido colocado boca abajo en su enterramiento, con el cuerpo extendido y las manos cruzadas por debajo de su barbilla. La datación mediante radiocarbono demostró que había muerto hace unos 4.500 años, antes por tanto de la cronología de la migración euroasiática que se ha propuesto como hipótesis.

Mujer Ari modela un plato para cocinar en una aldea del sur de Etiopía. (David Stanley/CC BY 2.0)

Estos resultados revelan no solo que los pueblos africanos modernos poseen significativamente más ascendencia euroasiática de la que se tenía constancia hasta ahora, sino que también permiten apreciar con mayor claridad los movimientos de las poblaciones de la antigüedad.

Mota ha dado lugar a un nuevo punto de partida en el estudio de la genética africana. El flujo de genes eurasiáticos al interior de África de hace aproximadamente 3.000 años tuvo el mismo origen que el que se había expandido con anterioridad hacia el interior de Europa desde el Próximo Oriente, como podemos leer en el artículo de ScienceNewsLine. Dicho artículo propone que “los descendientes directos de los agricultores que introdujeron la práctica del cultivo en Europa pudieron contribuir también a nuevas formas de obtención de alimentos en el Cuerno de África.”

Las nuevas tecnologías y los descubrimientos arqueológicos ayudarán sin duda a resolver los muchos misterios de los antiguos orígenes de la humanidad.

En los últimos años, los estudios genéticos han arrojado luz sobre los genomas y la ascendencia de diversos grupos humanos de todo el mundo. Este mismo año las investigaciones demostraron que los Nativos Americanos que viven en el Amazonas presentan una inesperada conexión genética con pueblos indígenas de Australasia, lo que sugiere una ola migratoria desconocida hasta ahora con destino a América y que tuvo lugar hace miles de años.

Izquierda: Chamán amazónico (Wikimedia Commons). Derecha: Aborigen australiano (Steve Evans / Flickr)

También se ha descubierto que los padres fundadores de Asia fueron un pequeño y selecto grupo de hombres poderosos, y que hace unos 1.000 años surgieron fuertes líneas paternas que son visibles aún en la actualidad a través de las pruebas genéticas, aunque las identidades de estos antiguos patriarcas genéticos asiáticos nos son en gran medida desconocidas.   

La genética ancestral del Extremo Oriente puede rastrearse hasta un pequeño número de hombres poderosos. Los nómadas Xiongnu de Mongolia. (Museo de Henan)

Luca Pagani, del Instituto Sanger de Cambridge en el Reino Unido, que no ha participado en el presente estudio, declaró a NewScientist, “Es la prueba innegable de que en un clima cálido como el de África se puede conseguir también ADN de calidad. Esto abre nuevas posibilidades para el estudio en cualquier lugar de este continente, del cuál conocemos aún tan poco.”

Imagen de Portada: Composición; Molécula de ADN (C. Bock/Wikimedia Commons), y réplica de una calavera fósil de Homo ergaster (Homo erectus africano) (CC BY 2.5).

Revista de Referencia: Science, DOI: 10.1126/science.aad2879

Autor: Liz Leafloor

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.