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Ancient Origins España y Latinoamérica

Momia de una mujer hallada en Perú revela indicios de igualdad de género hace 4.500 años

Hace miles de años, las gentes de la civilización de Norte Chico (también conocida como Caral o Caral-Supe), vivían junto a la costa de Perú, al parecer sin hacer la guerra, sino más bien pasando gran parte de su tiempo componiendo música, estudiando el cielo nocturno, practicando la religión y viviendo en armonía con la naturaleza.

Ahora, bajo la forma de los restos momificados de una mujer, nos llega la prueba de que este pueblo podría haber practicado la igualdad de género entre hombres y mujeres.

Podría sonar a una interpretación políticamente correcta de la vida de los nobles nativos de América del sur, pero los científicos no han hallado prueba alguna de que esta avanzada nación de hace 5.000 años practicara la guerra.

Representación artística del enterramiento de la mujer descubierto recientemente en la antigua ciudad de Áspero. (Ministerio de Cultura de Perú)

Un equipo de arqueólogos ha exhumado recientemente en Perú los restos momificados de una mujer enterrada hace unos 4.500 años junto con ocho flautas de hueso y otros elementos de su ajuar funerario, que apuntan a que se trataba de una mujer de la nobleza con un rango similar al de sus homólogos masculinos.

La mujer, que rondaba los 40 años en el momento de su muerte, fue enterrada en Áspero, una ciudad pesquera de la civilización Caral a la que Andina.com llama “la organización social más antigua de América” en un artículo sobre el descubrimiento de esta momia.

Los restos de la Ciudad Sagrada de Caral, Perú. Imagen original

La ciudad de Áspero está cerca del Océano Pacífico, en la desembocadura del río Supe. Las gentes de Áspero se alimentaban básicamente de pescado, marisco y mamíferos marinos. En sus viviendas y en sus desechos acumulados, los arqueólogos han encontrado redes y anzuelos. También cultivaban cacahuete, guayaba, pacay, achira, calabaza, judías, aguacates y batatas.

En el artículo de Andina.com podemos leer que la forma en que fue enterrada esta mujer junto con su ajuar funerario, en el que hay una vasija con restos de plantas y semillas, un collar y un colgante de caracolas y cuatro broches con imágenes de monos y pájaros, indica que su estatus era similar al de los hombres de su sociedad. Las tallas representan animales tanto de la costa como de la jungla, lo que también revela que había contacto entre Áspero y las ciudades Supe del interior, entre ellas la capital situada en Caral.

Tallas de animales halladas en la tumba recientemente descubierta. (Andina)

La Dra. Ruth Shady, a la cabeza del equipo de arqueólogos responsables del hallazgo, ha explicado que los restos de esta mujer son importantes a la hora de comprender mejor la dinámica social de esta civilización prehistórica. “El lugar y la forma en que fue enterrada revelan el alto rango que ostentaba hace 4.500 años. Este hallazgo constituye una prueba de igualdad de género, esto es, que tanto hombres como mujeres tenían la posibilidad de ocupar puestos de poder y alcanzar una elevada posición social hace más de mil años.”

Está muy extendido en el campo de la historia antigua el concepto de que Mesopotamia, Egipto, China y la India vieron nacer las primeras civilizaciones de la humanidad. No obstante, pocos saben que en la misma época, y en algunos casos antes de que surgieran estas culturas, ya existía en Supe (Perú) la civilización de Norte Chico, la más antigua conocida de toda América, como ya informó Ancient Origins hace algunos meses.

Su capital era la ciudad sagrada de Caral: toda una metrópolis con 5.000 años de antigüedad y que albergaba complejas prácticas agrícolas, una rica cultura y una arquitectura monumental, que incluía seis grandes estructuras piramidales, túmulos de plataformas de tierra y piedra, un anfiteatro, plazas circulares por debajo del nivel del suelo y zonas residenciales. Caral se encuentra a una distancia de 14 millas (22 kilómetros) tierra adentro desde Áspero.

La ciudad de Caral-Supe, con una superficie de 626 hectáreas, fue fundada hacia el 3000 a. C. sobre una meseta desértica que domina el valle del río Supe en los Andes, cerca de lo que hoy es la costa occidental de Perú. No se han hallado en la ciudad signos de guerras o violencia. Además, el frondoso valle y sus fértiles terrenos fueron abandonados y permanecieron deshabitados. La civilización Caral decidió en su lugar vivir en la meseta desértica cercana, menos sensible ecológicamente.

Según los arqueólogos, la ciudad es el probable lugar de nacimiento de la lengua Quechua, y su influencia se extendió por tanto a Macchu Pichu y la cultura de los geoglifos de Nazca.

Dos de las pirámides de Caral (Perú). (CC BY 3.0)

Aunque los habitantes de Caral no practicaban la alfarería y aparentemente su arte era limitado, construyeron grandes monumentos, como pirámides, plazas, anfiteatros, templos y zonas residenciales, disponiendo además de extensos cultivos. Se alimentaban de una dieta variada, desarrollaron la utilización de tejidos, usaban un complejo sistema para calcular y registrar datos, construyeron redes de abastecimiento de aguas y desarrollaron un intrincado sistema de irrigación. Comerciaban ampliamente con las culturas vecinas, llegando incluso hasta la jungla amazónica, como demuestran las tallas de monos descubiertas.

No solo la ciudad de Caral presenta una arquitectura monumental: también Áspero, que incluía dos edificios públicos que se encuentran entre los más antiguos de América: la Huaca de los Sacrificios y la Huaca de los Ídolos. Huaca significa en quechua santo o sagrado, aunque los españoles que llegaron al Nuevo Mundo creían que significaba lugar de enterramiento.

Huaca de los Ídolos, Áspero, Peru. (CC BY NC SA 3.0)

Para los antiguos incas (posteriores a la civilización Supe) y los actuales aymaras y quechuas, huaca o wak’a es un término relacionado con rituales, objetos o lugares sagrados y la migración del alma tras la muerte de una persona.

Imagen de portada: La momia tal y como fue descubierta. (fotograma del Daily Mirror) Flautas y ‘tupus’ hallados en Áspero, Perú. (Ministerio de Cultura de Perú)

Autor: Mark Miller

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.