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Ancient Origins España y Latinoamérica

La “Pompeya” peruana a la espera de ser desenterrada

Fueron al menos 33 las poblaciones ubicadas en Perú (más concretamente, en el sur de la cordillera andina) que quedaron sepultadas hace más de cuatro siglos a causa de la erupción volcánica más grande y violenta jamás conocida en el continente americano. Ahora, más de 400 años después, un equipo de científicos está dispuesto a desenterrar la que ya se conoce como “Pompeya Latinoamericana”.

De forma muy similar a lo que sucedió en Pompeya y Herculano con la histórica erupción del Vesubio, la inesperada explosión del volcán Huaynaputina, acaecida en febrero del año 1600, sepultó un “valioso legado histórico” para Perú, según ha explicado a la Agencia EFE la investigadora Luisa Macedo, jefa del proyecto “Huayruro: Pompeya latinoamericana”.

Primera fase: geolocalización

El proyecto pretende utilizar técnicas de geolocalización para poder localizar esos pueblos prehispánicos sepultados por las rocas y cenizas arrojadas por el volcán, situado en la región peruana de Moquegua a unos 4.800 metros de altitud. Entre los pueblos que quedaron sepultados se encuentran Quinistacas, Omate, Coporaque, Quinistaquillas, Tassata, Escobaya, Hanvasi, Cupilaque, Coalaque, Yamana, Acambaya, Jurama, Laji, Chica, Lloque, Colona y Checa.

Sobre aquellos pueblos sepultados se fundaron nuevas poblaciones, como Coalaque, Omate y Quinistaquillas, en cuyo distrito está situado, precisamente,  el cráter del Huaynaputina (volcán joven, en quechua).

“La erupción del Vesubio vista desde Nápoles, octubre de 1822.” Ilustración de George Julius Poullet Scrope (1797- 1876).(Public Domain)

Esta apasionante investigación, además de hallarse encabezada por el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) de Perú cuenta con la participación del Instituto Geofísico de Perú (IGP) así como de investigadores franceses, chilenos y bolivianos del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y la Universidad de la isla Reunión, entre otros organismos.

Segunda fase: excavaciones y desenterrar poblaciones enteras

En la segunda parte del proyecto en curso, arqueólogos y especialistas desenterrarán y valorarán los restos de dichas aldeas arrasadas por la erupción, que tuvo lugar durante los primeros años de la colonia. La investigadora Luisa Macedo apunta lo siguiente al respecto:

“La erupción aconteció en un momento en que había un gran número de pequeños poblados que los conquistadores pretendían agrupar para formar grandes ciudades. Se trata de un terreno eminentemente agrícola, de donde salía gran parte del vino que en ese momento se llevaba de Perú hacia España. Las viviendas de aquella época se construían con roca y es fácil detectarlas mediante georradares y radares de infrarrojos porque contrastan rápidamente con el material que las sepulta, compuesto sobre todo por piedra pómez y cenizas”.

También existen grandes áreas de cultivos que aprovechan la extrema fertilidad que siempre ofrecen los terrenos de origen volcánico, mientras que otras poblaciones sepultadas se hallan bajo áreas absolutamente baldías.

Ilustración de la ciudad de Arequipa durante la terrible erupción del volcán  Huaynaputina que tuvo lugar en el año 1600. Dibujo perteneciente a la obra ”Nueva crónica y buen gobierno” (1615), de Guamán Poma de Ayala. (Public Domain)

Una erupción que, como poco, triplicó a la del Vesubio

Según afirma el vulcanólogo francés Jean-Claude Thouret, el volcán Huaynaputina expulsó entre tres y siete veces más cantidad de material que el Vesubio en su tristemente célebre erupción del año 79. Tanto es así que la ceniza arrojada por el volcán peruano se fue esparciendo por todo el mundo y ha sido descubierta en al menos 10.000 troncos de árboles situados alrededor del círculo polar ártico, explica a EFE la directora del proyecto Luisa Macedo.

Todo lo anterior provocó un inmediato cambio climático que motivó el enfriamiento de la atmósfera y del planeta en 1,3 grados en un solo año. Una disminución de temperatura superior al enfriamiento de 0,8 grados provocado por la erupción del volcán Krakatoa (Indonesia) en 1883.

Luisa Macedo confía en que estas investigaciones posibiliten la creación de un circuito turístico que permita visitar los vestigios de la catástrofe y convertirlos en una nueva atracción del sur peruano. Por ahora, a lo largo de las dos expediciones realizadas hasta el momento por los investigadores se han recuperado algunas vasijas de cerámica y se han detectado seis poblaciones a una profundidad que varía entre los 2,5 y los 15 metros, en una zona en la que vivían al menos 3.000 personas, víctimas mortales de la erupción.

Fotografía de la ciudad de Pompeya tras ser desenterrada, tomada alrededor del año 1869. Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.(Flickr)

Imagen de portada: Imagen de archivo del volcán peruano Ubinas, cercano al Huaynaputina. (Fotografía: EFE/Ingemmet)

Autor: Mariló T. A.