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Portada - Tienda Wichita techada con hierba de la pradera (1834-1835), George Catlin. (Museo Smithsoniano de Arte Americano)

Hallada finalmente la ciudad perdida de Etzanoa: un pueblo diezmado por los Conquistadores hace 400 años

Es posible que muy pronto haya que agregar otra gran nación de nativos americanos a la lista de pueblos eliminados por los ávidos y genocidas conquistadores españoles tras su llegada al continente americano. La localización de la ciudad perdida de Etzanoa, descubierta recientemente en Kansas, lleva 400 años constituyendo un rompecabezas para los historiadores.

Cuando la plaga de los conquistadores españoles llegó al Nuevo Mundo, eliminaron y/o expulsaron de sus tierras a diversas civilizaciones y culturas como los Arawaks (Taínos) del Caribe, los incas de Perú, los aztecas y mayas de America Central, y los pueblos desarrollados a lo largo de lo que más tarde se convirtió en la frontera entre México y Estados Unidos.

 

 

Es posible que los españoles también fueran culpables de otro enorme holocausto en Etzanoa a lo largo del siglo XVII. Esta ciudad aparece descrita en documentos históricos, pero su paradero fue desconocido hasta que un arqueólogo miembro de la Universidad Estatal de Wichita, en el estado de Kansas, comenzó a realizar excavaciones a lo largo de los últimos años.

Se ha descubierto parte de un antiguo santuario de agua en el que los nativos bendecían su agua. (The Wichita Eagle)

Se ha descubierto parte de un antiguo santuario de agua en el que los nativos bendecían su agua. (The Wichita Eagle)

Los genocidios en Latinoamérica alcanzaron su punto más bajo (aunque continuaron) durante la guerra mexicano-estadounidense de 1848-1849. En esa guerra, los estadounidenses culminaron el robo del hasta entonces territorio mexicano de Texas, además de Nuevo México, Colorado, Arizona, Utah, Nevada, y California, que entonces incluía parte de lo que hoy es el sur de Oregón.

El reciente hallazgo del antiguo asentamiento de Etzanoa indica que posiblemente fuera una ciudad habitada por al menos 20.000 miembros de la tribu Wichita. Se encuentra en Arkansas City, en el sur del estado de Kansas. El lugar está siendo explorado e investigado por el célebre arqueólogo Donald Blakeslee. Es posible que Etzanoa fuese de mayor tamaño que la ciudad precolombina de Cahokia, en el cercano estado de Illinois.

Monk’s Mound (Túmulo del Monje) en la ciudad nativa americana abandonada de Cahokia, Illinois. Este monumento se encuentra próximo a Etzanoa. (Public Domain)

Monk’s Mound (Túmulo del Monje) en la ciudad nativa americana abandonada de Cahokia, Illinois. Este monumento se encuentra próximo a Etzanoa. (Public Domain)

El doctor Blakeslee comentó al Kansas City Star  que logró confirmar con la ayuda del adolescente Adam Ziegler que se trataba de la antigua ciudad de Etzanoa, ahora reducida a escombros tras una batalla librada en 1601 en la que los españoles abrieron fuego de cañones contra los guerreros nativos que les atacaban. La recuperación de tres balas de cañón ha permitido identificar la localización de Etzanoa.

Conocemos la historia de Etzanoa gracias a los escritos dejados por los soldados que conquistaron Nuevo México a las órdenes del conquistador Juan de Oñate. Oñate fundó la colonia de Nuevo México. Los soldados escribieron que viajaron al norte hasta las Grandes Llanuras, donde combatieron con los nativos de la zona 60 años después de que la expedición de Coronado al norte partiera desde México hacia lo que hoy es el Sudoeste de los Estados Unidos para descubrir las Siete Ciudades de Oro, tal y como eran conocidas.

Oñate y sus 70 hombres partieron de Nuevo México descubriendo una gran ciudad en la confluencia de dos ríos. Los guerreros nativos los vieron venir y anunciaron su intención de luchar contra los españoles arrojando polvo al aire, como podemos leer en este artículo sobre Etzanoa escrito por Roy Wenzel para el Kansas City Star.

Oñate llamó Rayados a estos guerreros Wichita porque lucían rayas pintadas y tatuadas sobre sus rostros.

Las patrullas armadas de exploradores españoles que iban en vanguardia entraron en Etzanoa y la encontraron vacía: los miles de habitantes de Wichita habían huido al norte. Los soldados encontraron 2.000 grandes viviendas formando diferentes grupos. Habían sido construidas con forma de colmena, y cada una de ellas podía alojar a unas 10 personas. En torno a las viviendas había campos de maíz.

Pintura de un poblado Wichita. (Cindy’s Open House)

Pintura de un poblado Wichita. (Cindy’s Open House)

Según Wenzel, los soldados españoles huyeron al sur al ponerse nerviosos ante el gran tamaño de Etzanoa. Al huir se toparon con centenares de guerreros lanzándoles una lluvia de flechas. Los nativos atacaron a los 70 soldados de Oñate. Se trataba de los Escanxaques, enemigos de los Wichita que habían venido a atacarles, pero que finalmente atacaron a los españoles en lugar de a la ciudad de Etzanoa.

Los soldados españoles lograron rechazar a los Escanxaques gracias a sus cuatro cañones, pero 60 de los conquistadores se encontraban heridos. Posteriormente, los indios explicaron a los españoles que Etzanoa se prolongaba muchas millas más allá del punto en el que los conquistadores dejaron de explorar la ciudad.

Wenzel escribe en el Kansas City Star: “Blakeslee afirma que los Wichita fueron maltratados por el destino, diversas enfermedades epidémicas y por la guerra. Va a intentar enmendar todo lo que pueda. La viruela y otras enfermedades mataron, probablemente, a decenas de miles después de 1600.”

Blakeslee cree que los Wichita subsistían a base de maíz, frijoles y diferentes tipos de calabazas, añadiendo a continuación que es probable que también comiesen carne de bisonte. Los nativos americanos sabían cómo aprovechar el bisonte para elaborar todo tipo de artículos para el hogar, como mantas de piel, herramientas de hueso, y los tendones, que utilizaban para propósitos diversos. Es posible que los Wichita establecieran una red comercial con los ancestros de los indios Pueblo de Nuevo México que llegaría a alcanzar las 550 millas (885,14 kilómetros) de distancia.

Abalorios para comerciar datados en torno al año 1740 y descubiertos por arqueólogos en el yacimiento de un antiguo poblado Wichita que se extendía a lo largo del río Arkansas en el norte de Oklahoma. Colección del Oklahoma History Center. (CC BY SA 3.0)

Abalorios para comerciar datados en torno al año 1740 y descubiertos por arqueólogos en el yacimiento de un antiguo poblado Wichita que se extendía a lo largo del río Arkansas en el norte de Oklahoma. Colección del Oklahoma History Center. (CC BY SA 3.0)

El Profesor Blakeslee espera poder construir un centro turístico si los miembros de la tribu están de acuerdo con la iniciativa. A lo largo de los últimos años, Blakeslee ha consultado con la tribu, invitando a sus miembros a participar en las excavaciones y ver lo que se ha encontrado hasta ahora.

El arqueólogo ha hallado restos de viviendas y graneros. Los actuales habitantes de Arkansas City también han encontrado toneladas las herramientas de piedra y fragmentos de cerámica a lo largo de los años, confirmando la existencia de la antigua ciudad india. El mismo profesor Blakeslee ha descubierto fragmentos de cerámica, hojas de cuchillos, puntas de flecha, punzones y raspadores, algunos de ellos de sílex.

El adolescente Adam Ziegler verificó el emplazamiento de la ciudad perdida de Etzanoa hace dos años al encontrar una bala de cañón utilizando un detector de metales. Más tarde, el profesor Blakeslee descubrió otras dos.

Adam Ziegler con la minúscula bala de cañón descubierta por él mismo y que ha ayudado a probar la existencia de Etzanoa. (Donald Blakeslee)

Adam Ziegler con la minúscula bala de cañón descubierta por él mismo y que ha ayudado a probar la existencia de Etzanoa. (Donald Blakeslee)

La población de la tribu Wichita ronda hoy los 3.000 individuos. Los Wichita fueron trasladados en el pasado a reservas indias de Oklahoma. Es muy escasa la cultura ancestral de la tribu que aún se conserva, y el último hablante fluido de su lengua, Doris McLemore, murió en el año 2016.

Imagen de portada: Tienda Wichita techada con hierba de la pradera (1834-1835), George Catlin. (Museo Smithsoniano de Arte Americano)

Autor: Mark Miller

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso. 

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Mark Miller

Mark MillerEs un escritor de Ancient-Origins. Tiene una licenciatura en periodismo, es editor y escritor de periodicos y revistas, desde mucho se interesa de la antropología, la mitología y la historia antigua. Sus hobbies son escribir y dibujar. Lee mas
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