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Ancient Origins España y Latinoamérica

Descubiertos 45 antiguos santuarios en las costas de la isla canaria de La Palma

La isla canaria de La Palma es, sin lugar a dudas, un paraje de una naturaleza exuberante con multitud de rincones rebosantes de verdor, belleza y misterios. Misterios que, poco a poco, se van desvelando o, al menos, descubriendo y comunicando, tal y como ha hecho un equipo científico, formado por diversos especialistas, que ha publicado en eldiario.es un avance de los resultados de su última investigación.

Dichos resultados incluyen el descubrimiento de varias decenas de lugares de culto aborigen, la mayoría de ellos desconocidos hasta ahora, a lo largo de las costas de La Palma. “Rincones donde ha quedado la impronta, en forma de conjuntos de cazoletas, de la labor del pueblo awara.”, escribe Eduardo Pérez Cáceres, autor del artículo de presentación de los hallazgos y coautor, junto a Valentina Ruiz García y Ana Belén García Sánchez de los distintos estudios e investigaciones.

Los Awara

El primer pueblo que se asentó en La Palma procedía del Norte de África, según los expertos, y pertenecía a la confederación de los Houara, Hawara o Awara. Se calcula un poblamiento continuado de esta cultura desde los años 300/200 a. C. hasta el año 1493.

Cueva de Belmaco, en La Palma, utilizada como refugio/vivienda por los Awara. (Mataparda/CC BY 2.0)

Los Awara llevaron a La Palma sus costumbres, su vida social y sus creencias religiosas, adaptándolas a la singularidad de esta nueva tierra. Colonizaron una isla que pasó a llamarse Benawara (la isla de los Awara). De ahí el otro nombre por el que son conocidos: Benahoaritas. No eran un pueblo guerrero: no tenían ni enemigos ni ambición por conquistar nuevos territorios de las restantes islas del archipiélago.

La sociedad Awara estaba basada en la tradición oral, y creía que mediante diversos actos ceremoniales era posible controlar las fuerzas de la naturaleza. Sus santuarios estaban al aire libre, donde el cielo se podía comunicar con la tierra y los humanos podían compartir los alimentos con sus antepasados y los dioses.

 Cerámica prehispánica de los aborígenes Benahoaritas o Awaritas, antiguos pobladores de la isla canaria de La Palma (Milartino/CC BY-SA 3.0)

Cazoletas y canalillos

Los conjuntos de canalillos y cazoletas conforman un tipo de yacimiento arqueológico que, hasta el año 2007, se creía casi inexistente en la isla de La Palma. Sin embargo, a partir de esa fecha se han descubierto numerosos lugares con este tipo de manifestaciones prehispánicas.

Las cazoletas son huecos excavados en la roca, por lo general de forma semiesférica, que suelen encontrarse en bloques de toba volcánica desde los que se disfruta de amplias panorámicas, y parece ser que están relacionadas con ritos destinados a traer la lluvia. Durante las épocas de sequía se reunían en torno a las cazoletas personas y animales para pedir a su dios, Abora, que les enviase las ansiadas precipitaciones.

Hasta hace muy poco, apenas se habían documentado tres yacimientos costeros en La Palma con cazoletas de mar en sus rocas. Sin embargo, el equipo liderado por el investigador F. Jorge Pais Pais descubrió hace unos años diversas estaciones costeras de cazoletas en diferentes zonas del litoral palmero. Es sobre estos conjuntos rupestres sobre los que se ha estado trabajando intensamente durante los últimos 24 meses, hasta descubrir 45 nuevos yacimientos arqueológicos distribuidos por los municipios de Barlovento, San Andrés y Sauces, Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Breña Baja, Mazo y Fuencaliente.

Dos de los investigadores estudiando los conjuntos de cazoletas descubiertos en la Punta del Moro (Mazo, La Palma). (Fotografía: eldiario.es)

La mayor parte de estas cazoletas costeras son de forma circular, aunque a veces presenten una forma ovalada. Sus diámetros van desde los 5 hasta los 30 cm y su profundidad también oscila entre los 5 y los 30 cm. Suelen formar conjuntos que pueden albergar desde unas pocas cazoletas hasta cifras que superan la centena.

Se localizan muy cerca de las puntas y bordes costeros, a menudo junto al mar, que siempre las baña. Sin embargo, algunas de ellas sólo son alcanzadas por las aguas marinas cuando hay fuerte oleaje. En muchas ocasiones se disponen de forma que su contenido se va desbordando y traspasando de unas a otras hasta acabar vertiéndose en el océano, sin canalillos que las unan: esta última característica constituye la principal diferencia con las estaciones de cazoletas descubiertas en las medianías de la isla, que sí suelen estar unidas mediante canalillos.

Auténticos santuarios de culto indígena

Según expone Eduardo Pérez Cáceres en eldiario.es, tras estudiarlas durante dos años no han encontrado una finalidad práctica en estos conjuntos de cazoletas. Por tanto, llegan a la conclusión de que las áreas en las que se localizan son lugares sagrados de culto indígena, llegando algunos a constituir auténticos santuarios. La prueba fundamental que les ha llevado hasta esta conclusión radica en los estudios arqueoastronómicos que han llevado a cabo. Dichas áreas costeras parecen estar vinculadas a determinados fenómenos astrales y estelares, especialmente a los solsticios de verano e invierno. Asimismo, asegura que están constatando la existencia de vínculos entre estas estaciones de cazoletas costeras y otros eventos astrales y estelares que, en la actualidad, continúan estudiando en profundidad.

Según los investigadores, las estaciones de cazoletas de la costa de La Palma parecen estar vinculadas a determinados fenómenos astrales y estelares, especialmente a los solsticios de verano e invierno. Fotografía meramente ilustrativa. (El Coleccionista de Instantes/CC BY- SA 2.0)

Un lugar que responde perfectamente a este patrón es la Punta de la Bicuda (Breña Baja), donde existen alrededor de 100 cazoletas de diferentes tamaños en una estrecha punta orientada de forma precisa en dirección al lugar del horizonte por donde nace el sol en el solsticio de verano. Pero, según continúa explicando Eduardo Pérez Cáceres en su artículo, el lugar más paradigmático es la Punta del Ganado (Mazo), donde el alargado saliente rocoso arranca en dirección este y a unos 60 metros del final gira levemente hacia el norte, señalando justo al lugar por donde despunta el sol el 21 de junio, día del solsticio de verano.

Petroglifos de El Cementerio, en la isla de La Palma (CC BY-SA 3.0)

Podría parecer que el interés de los Awara fuera marcar los eventos astronómicos, o disponer de una especie de calendarios para contabilizar el paso del tiempo, pero los expertos no lo creen así. Para ellos son lugares sacralizados de carácter ritual y por tanto religioso. De hecho han observado que algunos de estos espacios reúnen condiciones especiales para convertirse en auténticos santuarios, como pueden ser la presencia de un gran número de cazoletas, y que éstas presentan diversas orientaciones astrales. Además, disponen de un espacio diáfano y de un acceso relativamente cómodo. Todo lo cual lleva a pensar que en estos santuarios se desarrollaban  rituales comunitarios, en los que se necesitaría espacio para un gran número de participantes y una cierta facilidad de acceso, incluso para personas ancianas.

Los científicos continúan estudiando y analizando los lugares descubiertos para poder ampliar la información obtenida acerca de los antiguos pobladores de La Palma, puesto que lo expuesto hasta el momento son solo unas primeras conclusiones. Aún quedan muchos misterios por desvelar con respecto a los Awara y a la bella isla canaria de La Palma.

Imagen de portada: Conjunto de cazoletas en las rocas del litoral de Los Guinchos (Breña Alta), en la isla canaria de La Palma.(Fotografía: eldiario.es)

Autor: Mariló T.A.