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Ancient Origins España y Latinoamérica

Arqueólogos hallan pruebas de que en la Inglaterra medieval se mutilaban y quemaban cadáveres para evitar que se convirtieran en zombis

Por vez primera, un equipo de investigadores ha encontrado evidencias de la creencia en muertos vivientes en la Inglaterra medieval, al analizar huesos y esqueletos de individuos que fueron decapitados, quemados y mutilados tras su muerte.

Investigadores de la Universidad de Southampton, así como del organismo público Historic England, analizaron los huesos recuperados en un pueblo de Yorkshire existente entre los siglos XI y XIII. La aldea, Wharram Percy de Yorkshire, lleva muchos siglos abandonada, como podemos leer en el artículo sobre la investigación publicado en The Independent.

Este fragmento de cráneo, que fue destrozado y quemado, fue recuperado en las excavaciones realizadas en la aldea abandonada de Wharram Percy, condado de Yorkshire, Inglaterra. (Historic England/PA Wire)

Los científicos, encabezados por el biólogo especialista en el esqueleto humano Simon Mays, han publicado sus hallazgos en la revista Journal of Archaeological Science. En The Independent podemos leer que las evidencias aportadas por estos huesos “apuntan con fuerza” a que lo pobladores del lugar creían que sus vecinos fallecidos se levantarían de entre los muertos.

La aparente evidencia en los huesos confirma lo observado sobre tales creencias y prácticas en antiguos documentos históricos. En The Independent se indica que ya era algo “conocido” que los hombres y mujeres medievales creían que los cadáveres podían levantarse sólo cuando la carne todavía permanecía en los huesos, después de la muerte y antes de la descomposición. No creían que los esqueletos poseyesen tales poderes.

El artículo asegura que fueron los aldeanos quienes destrozaron los miembros de los cadáveres, tal vez con martillos o piedras, además de decapitarlos para eliminar cualquier posibilidad de pensamiento o de visión en los eventuales zombis. Después de todo ello, quemaban los cadáveres para destruir la carne y mantenerlos de este modo dentro del sepulcro.

Los contornos de lo que antaño fuera la aldea de Wharram Percy aún son visibles desde el aire. (Historic England/PA Wire)

Los científicos examinaron 137 huesos sueltos de diferentes esqueletos. Unos huesos que provienen de al menos 10 individuos, entre ellos dos niños de entre 2 y 4 años de edad. También se han estudiado los restos de un adolescente de entre 15 y 17 años, así como de dos hombres y tres mujeres.

Muy pocas historias de muertos vivientes fueron puestas por escrito durante la Edad Media. En The Independent leemos que de ello se deduce que los muertos vivientes representaban por tanto un muy pequeño porcentaje dentro del número total de documentos escritos de la Inglaterra medieval. La reciente investigación ha ayudado en gran medida a arrojar luz sobre este tema.

Asimismo, resulta interesante observar que los escasos relatos históricos medievales que nos han llegado sobre muertos vivientes estaban protagonizados principalmente por hombres adultos, aunque los recientes hallazgos revelan que en la vida real era algo sobre lo que no recaía distinción alguna de género ni de edad. Este hecho se corresponde con los descubrimientos realizados en relación con los relatos populares del norte de Europa.

En Escocia y otros países del norte, los relatos describen un miedo terrible a que los niños fueran asesinados o a que murieran siendo víctimas de algún tipo de abuso. El reciente estudio demuestra que tales creencias podrían haberse dado asimismo en la Inglaterra medieval.

Representación artística de la aldea de Wharram Percy, donde se encontraron los huesos mutilados y quemados objeto del reciente estudio. (Historic England/PA Wire)

El temor a los muertos, o a los muertos vivientes como parece el caso, probablemente tenga sus raíces en épocas antiguas o, incluso, prehistóricas. Las gentes del Medievo creían que los individuos que habían sido malvados en vida podrían levantarse de entre los muertos y atacar en venganza a los vivos, además de provocar epidemias. Por aquel entonces la vida podía ser corta y brutal, y parece que los habitantes de Wharram Percy tomaron medidas para que no se produjeran ataques de muertos vivientes en su pueblo.

Un predicador de Yorkshire del siglo XII, William de Newburgh, escribió acerca de un hombre malvado que escapó de la justicia y huyó de York. El hombre murió y volvió de entre los muertos. Una jauría de perros lo perseguía mientras vagaba por la ciudad. Los habitantes de York se encerraron en sus casas atrancando las puertas, aunque finalmente acabaron saliendo a las calles decididos a mutilar y quemar el cuerpo del muerto viviente. Cavaron su tumba y, tal y como informa The Independent citando al autor medieval:

 “[Ellos]... desnudaron al cadáver, hinchado hasta alcanzar una gran corpulencia, con el rostro abultado y cubierto de sangre más allá de toda medida. Los jóvenes, sin embargo, encendidos por la ira, no lo temían, e infligieron una herida a aquel cadáver insensible, del cual fluyó abundantemente tal chorro de sangre, que podía tomarse por una sanguijuela llena de la sangre de muchas personas”.

El análisis de la composición química de los dientes de los cadáveres recientemente estudiados ha demostrado que los individuos mutilados también eran miembros de la comunidad local, no gentes llegadas de fuera. Los científicos también descartaron el canibalismo como posible explicación de estas prácticas, según este artículo publicado en New Scientist.

Imagen de portada: Sin escapatoria... Detalle de una miniatura denominada ‘La Muerte talando un árbol’ – Biblioteca Británica, Royal 15 D V f. 36. Jehan Froissart. Holanda, último cuarto del siglo XV. (The Public Domain Review)

Autor: Mark Miller

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.