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Portada - Mosaico astrológico ubicado en el patio de la Mansión Ringling (CC BY-SA 2.0)

Creación y evolución de la astrología: 4.000 años de historia de los horóscopos

Cada vez que la antigua Grecia es mencionada, mucha gente piensa de forma automática en la democracia, los Juegos Olímpicos, la mitología, la filosofía, la tecnología y diferentes ciencias como las matemáticas y la astronomía. Muy pocos son conscientes de que los antiguos griegos, a pesar de su pensamiento lógico, también eran supersticiosos. Tal vez esto explique por qué los griegos crearon el sistema astrológico moderno, a pesar de que el primer sistema astrológico estructurado fue creado durante el segundo milenio a. C. en Babilonia.

Los griegos entran en contacto con la astrología

Los babilonios fueron el primer pueblo que sistemáticamente aplicó sus mitos a las constelaciones y la astrología, describiendo por primera vez los doce signos del zodiaco. Los egipcios les siguieron poco después refinando el sistema astrológico babilónico, aunque serían los griegos quienes lo desarrollaron hasta que alcanzó su forma moderna. Los griegos tomaron prestados algunos de los mitos babilónicos y añadieron otros tantos propios. De hecho, incluso el término astrología – al igual que la palabra que designa la ciencia de la astronomía– deriva del griego “aster”, que significa estrella. Pero, ¿cuándo y cómo entraron por primera vez en contacto los griegos con la astrología?

 

 

Durante la conquista de Asia por parte de Alejandro Magno, los griegos acabaron siendo influidos por culturas hasta entonces desconocidas para ellos y por los conceptos cosmológicos de Siria, Babilonia, Persia y Asia central. Poco tiempo después, los griegos adoptaron la escritura cuneiforme como idioma internacional de comunicación académica, y con esta decisión también transfirieron la astrología del cuneiforme al griego.

Reloj astrológico de Venecia (CC0)

Reloj astrológico de Venecia (CC0)

En torno al año 280 a. C., Beroso, sacerdote babilónico de Bel, viajó hasta la isla griega de Cos, donde transmitió sus conocimientos astrológicos, así como la cultura babilónica, a las poblaciones locales. Ésta fue la primera vez en la que el universo de la astrología fue transferido oficialmente a la cultura helenística y al mundo occidental de Grecia y Egipto (bajo dominio griego por aquel entonces). Inicialmente, los griegos, conocidos por su forma lógica de pensar, se mostraron  escépticos ante la astrología, planteándose muchas cuestiones respecto a ella, como por ejemplo por qué los animales no eran gobernados por las mismas energías cósmicas que los seres humanos.

A lo largo del siglo I a. C. existían dos tipos de astrología: uno que requería la lectura de horóscopos para conocer detalles precisos sobre el pasado, presente y futuro, y un segundo centrado en la elevación del espíritu humano hacia las estrellas y la búsqueda del sentido de la existencia en el cielo. En otras palabras, los griegos trataron de comprender el comportamiento humano individual y global a través de la influencia de los planetas y otros cuerpos celestes, mientras que había quien utilizaba la astrología como una forma de entrar en contacto con la divinidad.

Ruta seguida por el punto del equinoccio de primavera a lo largo de la eclíptica (CC BY-SA 3.0)

Ruta seguida por el punto del equinoccio de primavera a lo largo de la eclíptica (CC BY-SA 3.0)

El Zodíaco y las contribuciones de Ptolomeo a la tradición astrológica occidental

La astrología horoscópica apareció por primera vez en el Egipto helenístico. El texto griego más antiguo existente donde se utiliza la división babilónica del zodíaco en doce signos iguales de 30 grados es el conocido como Anaphoricus de Hipsicles de Alejandría, escrito en el año 190 a. C. Además, el “Zodiaco de Dendera” esculpido en piedra –un bajorrelieve hallado en el techo del pronaos de una capilla dedicada a Osiris del templo de Hathor en Dendera, que contiene imágenes de Tauro y Libra datadas en el año 50 a. C.– es la primera representación conocida del clásico zodiaco de doce signos.

El Zodiaco de Dendera tal y como se encuentra expuesto en el Museo del Louvre. (Public Domain)

El Zodiaco de Dendera tal y como se encuentra expuesto en el Museo del Louvre. (Public Domain)

El matemático, astrólogo y astrónomo griego Ptolomeo jugó un papel muy importante en el desarrollo de la astrología horoscópica occidental. Su obra Tetrabiblos sentó las bases de la tradición astrológica occidental. Ptolomeo explicó por primera vez detalladamente la función de planetas, casas y signos del Zodíaco, quedando establecida hasta tal punto que a día de hoy casi no ha habido variación al respecto. Ptolomeo vivió en el siglo II d. C., tres siglos después del descubrimiento de la precesión de los equinoccios por parte de Hiparco, que se produjo hacia el año 130 a. C.

Mapa del siglo XV con la descripción de Ptolomeo del mundo habitado, (1482, Johannes Schnitzer). (Public Domain)

Mapa del siglo XV con la descripción de Ptolomeo del mundo habitado, (1482, Johannes Schnitzer). (Public Domain)

Hiparco de Nicea fue un astrónomo, geógrafo y matemático griego al que se le atribuye la invención de la trigonometría, aunque sobre todo es recordado por su descubrimiento casual de la precesión de los equinoccios. Su obra perdida sobre la precesión, sin embargo, pasó desapercibida hasta que fue mencionada por Ptolomeo. Por otra parte, Ptolomeo explica decisivamente la base teórica del Zodiaco occidental como un sistema tropical de coordenadas por el cual el Zodiaco se alinea con equinoccios y solsticios, más que con las constelaciones visibles que dan nombre a los signos del Zodiaco.

Grabado de la obra de Giordano Ziletti “Principios de la astrología y la geografía según Ptolomeo”, 1564. En la ilustración podemos observar a Ptolomeo empleando un cuadrante. (Public Domain)

Grabado de la obra de Giordano Ziletti “Principios de la astrología y la geografía según Ptolomeo”, 1564. En la ilustración podemos observar a Ptolomeo empleando un cuadrante. (Public Domain)

Antíoco de Atenas y Doroteo de Sidón

Otros dos astrólogos muy significativos, que con sus obras contribuyeron a la evolución de la astrología occidental, fueron sin lugar a dudas Antíoco de Atenas y Doroteo de Sidón. Doroteo fue un astrólogo griego del primer siglo d. C. que vivió y trabajó en Alejandría al igual que Ptolomeo. Es recordado por haber escrito un poema didáctico sobre astrología horoscópica conocido como Pentateuco. El Pentateuco, un libro de texto sobre astrología helenística, ha llegado hasta nosotros principalmente a través de una traducción al árabe datada en torno al año 800 d. C. y realizada por Omar Tiberíades. El texto se ha conservado de forma fragmentada, por lo que no es del todo fidedigno y además se halla corrompido por las interpolaciones de traductores persas posteriores. Sin embargo, sigue siendo una de nuestras mejores fuentes a la hora de conocer la práctica de la astrología helenística, y fue una obra de gran influencia en los astrólogos cristianos, persas, y árabes, además de en los posteriores astrólogos medievales.  

 “Cristo en el círculo del Zodiaco”. Fresco del siglo XVII, Catedral del Pilar Viviente, Georgia. (Public Domain)

 “Cristo en el círculo del Zodiaco”. Fresco del siglo XVII, Catedral del Pilar Viviente, Georgia. (Public Domain)

Antíoco de Atenas fue otro importante astrólogo griego del mismo período helenístico. Suya es una de las más antiguas referencias a la recepción astrológica, y habla de las doce casas de la carta astral, los ortos y ocasos helíacos, y las Partes. A pesar del hecho de que la mayoría de sus escritos se ha perdido, algunos fragmentos y extractos muy importantes de su obra han sobrevivido, llegando hasta nosotros. Se le atribuye la escritura de las obras Thesaurus, Eisagogika (una introducción a la astrología) y también un calendario astrológico titulado Nacimientos y ocasos de las estrellas en los doce meses del año. Su inmensa influencia alcanzó a muchos de los escritores que le siguieron, como el neoplatónico Porfirio, quien se basa ampliamente en Antíoco para las definiciones de los términos técnicos utilizados por Ptolomeo en el Tetrabiblos, y Rhetorius de Egipto, aunque también hay un posterior ejemplar bizantino de su obra.

Imagen de portada: Mosaico astrológico ubicado en el patio de la Mansión Ringling (CC BY-SA 2.0)

Autor: Theodoros Karasavvas

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