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Monumentos megalíticos ‘reciclados’: Stonehenge no fue el único

Dirigí el equipo de investigadores que descubrió que Stonehenge fue muy probablemente construido en primer lugar en Pembrokeshire, Gales, antes de ser desmantelado y transportado unas 180 millas (290 kilómetros) hata Wiltshire, Inglaterra. Podría sonar como una tarea imposible sin la tecnología moderna, pero no habría sido la primera vez en la que europeos de la prehistoria consiguieron trasladar un monumento de este tipo.

Los arqueólogos están descubriendo cada vez más megalitos por todo el continente – aunque por ahora son solo un pequeño número – que formaron parte con anterioridad de otros monumentos más antiguos.

 

 

Otros monumentos ‘reciclados’

El mejor ejemplo de este tipo de estructuras fuera del Reino Unido es La Table des Marchand, una tumba neolítica de Bretaña, Francia, construida en torno al 4000 a. C. La enorme losa horizontal de 65 toneladas que la corona cubriendo su cámara es el fragmento desgajado de un menhir, monumento vertical de piedra, traído desde una distancia de 10 kilómetros. El menhir original podría ser 300 años más antiguo que la tumba, puede que incluso más. Otro fragmento de este mismo menhir fue incorporado a una tumba de Gavrinis, a 5 kilómetros de distancia. Este menhir, que pesaba originalmente más de 100 toneladas, es de hecho uno de los mayores bloques de piedra que sabemos que haya sido trasladado y erigido por gentes del Neolítico.

La Table des Marchand. Myrabella/wikimedia, CC BY-SA

La Table des Marchand. Myrabella/wikimediaCC BY-SA

Otro ejemplo de monolito reutilizado en un monumento megalítico es un menhir antropomórfico – monumento de piedra vertical labrado con la forma de una figura humana – incorporado como losa de coronación en otra tumba de Déhus, Guernsey. Otra tumba megalítica, La Motte de la Jacquille, al oeste de Francia, está construida de bloques de piedra labrada procedentes de algún antiguo monumento, aunque se desconoce si éste estaba construido en un lugar diferente o era una versión anterior de la tumba que se reconstruyó en su emplazamiento actual.

Los arqueólogos saben desde hace muchos años que algunos de los grandes bloques de piedra caliza (bluestones) de Stonehenge (los más cortos presentes en el monumento) fueron reutilizados. Dos de ellos son dinteles ‘reciclados’ como bloques verticales, y otros dos presentan estrías verticales que demuestran que formaban parte de un muro de monolitos interconectados. Hasta ahora se había creído que estas pruebas de reciclaje de elementos en monumentos megalíticos se circunscribían a Stonehenge, construido por primera vez en el 2900 a. C. y reconstruido en torno al 2500 a. C. (en esa época fue cuando se erigieron los grandes bloques de piedra arenisca conocidos como “sarsen”). Fue a continuación reconstruido de nuevo entre el 2400 a. C. y el 2200 a. C.

No obstante, hemos identificado las verdaderas canteras, situadas en Pembrokeshire, Gales, de donde se extrajeron (entre el 3400 a. C. y el 3200 a. C.) las bluestones. Esto ocurrió en un período anterior a la construcción de los círculos megalíticos (datados habitualmente del 3000 a. C. en adelante), de modo que también es muy probable que los bloques de piedra caliza (bluestones) sirvieran originalmente para construir un tipo de monumento diferente, no un círculo megalítico.

En aquella época, las gentes del oeste de Gran Bretaña y de Irlanda ya construían tumbas neolíticas de piedra conocidas como ‘tumbas de corredor’: Newgrange, en Irlanda es su ejemplo más conocido. De modo que es posible que simplemente haya los restos de una tumba de corredor desmantelada cerca de las canteras de Pembrokeshire. Es lo que buscaremos a lo largo del 2016. 

Newgrange, Irlanda (Public Domain)

Newgrange, Irlanda (Public Domain)

Stonehenge: a una distancia sorprendente

Una interesante conclusión de la reciente conferencia que ha tenido lugar en Redondo, Portugal, sobre megalitos prehistóricos y “monumentos reciclados” ha sido que, aunque algunos bloques de piedra utilizados en monumentos megalíticos de Portugal y otros lugares fueron transportados hasta 8 kilómetros desde sus canteras, la gran mayoría de monumentos megalíticos del Neolítico de toda Europa Occidental fueron construidos a menos de 2-3 kilómetros de las canteras de las que se extrajeron sus bloques de piedra. De modo que Stonehenge es la principal excepción a esta regla, ya que sus bloques de piedra caliza fueron arrastrados una distancia en torno a los 290 kilómetros. Un rasgo que lo convierte en un monumento único en la Europa prehistórica.

Cómo se trasladaron las piedras desde Gales hasta Stonehenge es algo que sigue envuelto en el misterio, pero nuestras excavaciones en una de las canteras galesas han revelado que el camino que parte del afloramiento rocoso de la cantera es demasiado estrecho como para colocar rodillos a lo largo de él. En lugar de eso, pensamos que los monolitos se cargaban en transportes de madera parecidos a trineos que se arrastraban sobre troncos y ramas dispuestos a modo de raíles delante del transporte.

Algunos arqueólogos han especulado con la posibilidad de que en el pasado se creyera que los bloques de piedra caliza de Stonehenge poseían algunas propiedades especiales - como los “gongs” musicales o las piedras curativas – lo que habría justificado que fueran traídos desde tan lejos.

Stonehenge, Wiltshire, Inglaterra, año 2014. Diego Delso, Wikimedia Commons, License CC-BY-SA 3.0

Stonehenge, Wiltshire, Inglaterra, año 2014. Diego Delso, Wikimedia Commons, Licencia CC-BY-SA 3.0

Pero creemos que es bastante más probable que los bloques de piedra caliza de Stonehenge (bluestones) fuesen extraídos de zonas muy próximas los unos de los otros, con una distancia máxima de 2-3 kilómetros entre ellas, y fueran reunidos posteriormente para construir un monumento en las cercanías de Pembrokeshire. Los análisis científicos de los isótopos de estroncio presentes en los dientes de los individuos enterrados en la zona de Stonehenge revela que en muchos de ellos aparecen valores coherentes con el hecho de que se hubieran criado al oeste de Gran Bretaña. De modo que las piedras podrían haber sido traídas por individuos procedentes de Gales, que habrían trasladado su monumento ancestral como símbolo de su historia y su identidad.  Actualmente se están llevando a cabo nuevos análisis de los isótopos de estroncio presentes en los restos de los individuos enterrados en Stonehenge, donde se colocaron finalmente los grandes bloques de piedra caliza (bluestones), y estamos a la espera de comprobar si los resultados confirman un escenario similar.

También es posible que las ‘bluestones’ fuesen erigidas en algún lugar de Salisbury Plain antes de que llegaran a Stonehenge. Por ejemplo, uno de estos bloques nunca consiguió llegar a Stonehenge, y fue desenterrado en el año 1801 del estrato superior de un túmulo funerario neolítico llamado Boles Barrow, cercano a Warminster, situado también en Wiltshire.

Cantera de ‘bluestones’ en Carn Menyn, Gales (Public Domain)

Cantera de ‘bluestones’ en Carn Menyn, Gales (Public Domain)

A pesar de que este monumento funerario fue construido por primera vez en torno al 3700 a. C., parece haber sufrido modificaciones, como la adición de una capa de piedras de gran tamaño (en su mayor parte bloques de piedra arenisca ‘sarsen’, además de la ‘bluestone’ que nunca llegó a Stonehenge) que tuvo lugar al final de su utilización. De modo que no sabemos con precisión cuándo llegaron ahí, pero podrían haber sido colocadas como indicadores del enterramiento antes de que el resto de ‘bluestones’ fueran erigidas en Stonehenge.

La reconstrucción de tumbas y otras estructuras megalíticas como monumentos ‘reciclados” solo ahora está siendo reconocida finalmente en diversas regiones de Europa occidental, ya que los arqueólogos han empezado a mirar más de cerca los detalles de su construcción. Una simple cuestión de conveniencia y la búsqueda de los bloques de piedra adecuados no explican los casos de Stonehenge y la Table des Marchand: las gentes de la época muy probablemente estuvieran incorporando aspectos del pasado que poseían una rica resonancia histórica para ellos.

Imagen de portada: El famoso monumento de Stonehenge en Wiltshire, Inglaterra. Howard Ignatius/Flickr

El artículo ‘Stonehenge isn’t the only prehistoric monument that’s been moved – but it’s still unique’ obra de Mike Parker Pearson fue publicado originalmente en The Conversation, y ha sido publicado de nuevo y traducido bajo una licencia Creative Commons.  

Traducción: Rafa García

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