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Portada-Mano de Gloria del Museo de Whitby, Inglaterra. (CC BY SA 4.0)

La Mano Momificada de Yorkshire: Última Mano de Gloria Conocida

El Bladen Journal ha informado de que una mano momificada hallada en Castleton, Yorskhire del Norte, Inglaterra, puede ser la última ‘Mano de Gloria’ conocida que existe: una macabra reliquia que en el pasado se creía que protegía a los ladrones mientras “trabajaban” por las noches. Esta mano momificada tenía supuestamente el poder de “hechizar a los humanos” según leemos en el Express. Las Manos de Gloria fueron también una de las herramientas favoritas de ladrones y narradores de historias durante más de 200 años.  

La que los periódicos han anunciado como la última Mano de Gloria existente conocida fue descubierta por primera vez en 1935, en el interior de las paredes de una cabaña con techo de paja de Castleton. La encontraron un cantero y un historiador local de nombre Joseph Ford. Al parecer Ford reconoció inmediatamente la importancia de la mano como “instrumento sobrenatural”, así que la donó al Museo de Whitby para que la custodiara poco después del hallazgo.

 

 

El procedimiento para fabricar una Mano de Gloria era muy específico, según describe la autora Sabine Baring-Gould (1873) en su obra Curiosos Mitos de la Edad Media:

“La Mano de Gloria [...] es la mano de un hombre que ha sido ahorcado, y se prepara de la siguiente manera: Envuelva la mano en una sábana, apretándola con fuerza, a fin de exprimir la poca sangre que pueda quedar en ella; a continuación colóquela en una vasija de arcilla con salitre, sal y pimienta larga, todo ello cuidadosa y concienzudamente molido. Déjela reposar quince días en esta mezcla hasta que esté bien seca, y seguidamente expóngala a los rayos del sol en los días de la canícula hasta que esté completamente seca, o, si el sol no es lo suficientemente fuerte, séquela en un horno calentado con verbena y helecho. Finalmente, fabrique una vela con la grasa de un ahorcado, cera virgen y sésamo de Laponia.”

Rudimentaria horca cercana a Bedford, Inglaterra. (CC BY NC SA 2.0) En el pasado había quien creía que la mano cortada de un ahorcado tenía propiedades mágicas, como la de servir de materia prima para fabricar una Mano de Gloria.

Rudimentaria horca cercana a Bedford, Inglaterra. (CC BY NC SA 2.0) En el pasado había quien creía que la mano cortada de un ahorcado tenía propiedades mágicas, como la de servir de materia prima para fabricar una Mano de Gloria.

Su origen hace que no resulte muy sorprendente que una Mano de Gloria fuese una macabra reliquia destinada a proteger a los ladrones mientras “trabajaban” por las noches. Contaban las leyendas que si los ladrones empleaban la Mano de Gloria como candelero para sostener una vela encendida hecha de grasa de ahorcado (o en algunas versiones con las puntas de los dedos  de la Mano de Gloria encendidas), podrían abrir cualquier puerta cerrada con llave y sumir en la inconsciencia a todos aquellos que hubiera en la casa, o incluso dejarlos paralizados hasta que el ladrón hubiera finalizado su tarea.

Dos formas posibles de utilizar la Mano de Gloria. (Museo de Whitby)

Dos formas posibles de utilizar la Mano de Gloria. (Museo de Whitby)

¿Pero por qué se encontraba esta mano en concreto oculta en el interior de una pared? Quizás para mantenerla a buen recaudo, aunque no en el sentido habitual de esta expresión. Una opción posible es que su presencia ahí tuviese alguna finalidad relacionada con la magia tradicional. En el pasado, se ocultaban en el interior de las paredes prendas de vestir y otros objetos con la intención de proteger a los vivos de los espíritus malignos. Es posible que esta Mano de Gloria estuviese cumpliendo una función de este tipo.

También es posible que se escondiera ahí esta Mano de Gloria después (o antes) de un robo. Las Manos de Gloria fueron objetos muy populares en la literatura de los siglos XVIII y XIX, y parece ser que los relatos acerca de estas mórbidas reliquias se extendieron “por toda Europa, desde Finlandia hasta Italia, y desde Irlanda hasta Rusia.”

En la web del Museo de Whitby también podemos leer que “al menos dos (de las leyendas) aún siguen siendo populares en Yorkshire del Norte, una relacionada con la Posada Spital de Stainmore en 1797 y la otra con la Posada del Roble en Leeming, supuestamente en 1824.”

La historia de la Posada Spital da comienzo con una anciana mujer preguntando al posadero si podía dormir en una silla en el piso inferior de la posada (con el pretexto de que tenía que marcharse temprano a la mañana siguiente). Al posadero le pareció bien y a continuación se fue a dormir con su familia al piso de arriba. La única persona que quedaba en el piso inferior, además de la anciana, era una joven criada.

Mapa en el que aparece la posada de “The Spittle” (conocida más tarde como Spital) en Stainmore (1579) (Universidad de Portsmouth)

Mapa en el que aparece la posada de “The Spittle” (conocida más tarde como Spital) en Stainmore (1579) (Universidad de Portsmouth)

Esta joven notó algo extraño en la “anciana”, y tras una discreta observación se dio cuenta de que bajo el dobladillo del grueso vestido “de mujer”  de esta “anciana” asomaban unos pantalones de hombre. La criada llegó a la conclusión de que aquella “anciana” no era una persona digna de confianza, de modo que decidió permanecer despierta toda la noche para vigilar a este sospechoso personaje.

El hombre se despojó de su vestido y su toca cuando creía que la muchacha ya dormía y se aproximó a ella con la Mano de Gloria encendida, ondeándola frente a su cara y recitando “Aquellos que duermen que sigan durmiendo, aquellos que están despiertos que sigan despiertos.” Acto seguido, el ladrón colocó la reliquia sobre una mesa y se dio la vuelta para abrir la puerta de la posada a su compinche.

En ese momento la muchacha se levantó de un salto y empujó al ladrón a través de la puerta, cerrándola y atrancándola a continuación. Después subió las escaleras a toda prisa para despertar al posadero y a su familia, pero por desgracia la Mano de Gloria había hecho su trabajo y todos ellos se encontraban sumidos en un profundo sueño.

Poco después, la criada oyó cómo los ladrones golpeaban la puerta intentando romperla, de modo que volvió al piso de abajo e intentó apagar la Mano de Gloria, que aún estaba encendida sobre la mesa. Al darse cuenta de que le resultaba imposible, tomó un recipiente que tenía a mano con leche descremada (una de las dos opciones para apagar una Mano de Gloria - la otra es sangre) y la vertió sobre la mano.

Hecho esto y apagada la mano, el posadero y su familia se despertaron y oyeron los gritos en el piso de abajo. Atraparon a los ladrones tras una corta persecución. Los dos hombres prometieron que dejarían a la familia en paz si les devolvían la Mano de Gloria. Sin embargo, el posadero se negó a acceder a esta petición y acabó emprendiéndola a tiros con los ladrones, que a duras penas pudieron escapar con vida.

La Posada de la Mano de Gloria en la película de 1944 ‘A Canterbury Tale’, (“Un Cuento de Canterbury.”) (Power and Pressburger)

La Posada de la Mano de Gloria en la película de 1944 ‘A Canterbury Tale’, (“Un Cuento de Canterbury.”) (Power and Pressburger)

Un detalle final interesante sobre la Mano de Gloria es que el término quizás proceda del francés main de gloire, que según algunos estudiosos han afirmado podría ser una modificación de la palabra mandrágora, planta utilizada con diversos fines a lo largo de la historia, como provocar la locura, expulsar demonios y, (algo especialmente útil para ladrones) inducir un profundo sueño. Las numerosas historias y leyendas acerca de las Manos de Gloria implican que la del Museo de Whitby probablemente sea la última conocida, por lo que la conservación de esta reliquia es muy importante desde un punto de vista histórico.

Planta y raíz de mandrágora, ilustración de un texto alemán del año 1485. (Public Domain)

Planta y raíz de mandrágora, ilustración de un texto alemán del año 1485. (Public Domain)

Imagen de portada: Mano de Gloria del Museo de Whitby, Inglaterra. (CC BY SA 4.0)

Autor: Alicia McDermott

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Alicia McDermott

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