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Portada-Monk’s Mound, en Cahokia (Oakton Community College)

El Monk’s Mound de Cahokia se construyó en unas pocas décadas, no en 250 años como se creía hasta ahora

Mediante el estudio de las semillas y esporas de las plantas presentes en el terreno en el que se alza el Monk’s Mound, la mayor estructura prehistórica de tierra de Norteamérica, los arqueólogos han determinado que no fue construido a lo largo de 250 años como se creía hasta ahora, sino en un período de tiempo bastante más corto.

El Monk’s Mound se encuentra en las ruinas de la antigua ciudad Nativo Americana de Cahokia, en el estado norteamericano de Illinois. En su momento de máximo esplendor, hace unos 1.000 años, Cahokia llegó a alojar hasta a 15.000 personas. El túmulo consistía en una serie de terrazas de tierra rectangulares, que alcanzaban los 10 pisos o 30 metros (100 pies) de altura, mientras que la superficie que ocupaba su base era de mayor tamaño que la del Empire State Building de Nueva York. El conjunto estaba coronado por un gran edificio público en su cima, quizás un templo.

 

 

Hay muchos otros túmulos en la zona, pero el Monk’s Mound los supera a todos en altura y tamaño. Se le dio este nombre (“Túmulo del Monje”, en inglés) por la comunidad de monjes Trapenses que se instaló por un tiempo en un túmulo cercano.

El Monk’s Mound con sus escaleras reconstruidas, en una fotografía tomada en el 2007; en las reparaciones realizadas en Cahokia en el año 2005 se reforzó la estructura del túmulo a fin de prevenir un posible derrumbe. (Foto: Skubasteve834/Wikimedia Commons)

El Monk’s Mound con sus escaleras reconstruidas, en una fotografía tomada en el 2007; en las reparaciones realizadas en Cahokia en el año 2005 se reforzó la estructura del túmulo a fin de prevenir un posible derrumbe. (Foto: Skubasteve834/Wikimedia Commons)

Los investigadores afirman que los recientes análisis de las tierras del interior del montículo, que empezaron a desmoronarse en el año 2005, demuestran que la presencia de semillas y esporas de plantas anuales en lugar de perennes es señal de que el montículo fue construido probablemente en unas pocas décadas. Los obreros encargados de su construcción obtuvieron la tierra y los sedimentos necesarios excavando el terreno en una zona cercana.

“Si hubiera transcurrido un lapso de tiempo sustancial entre las sucesivas extracciones de tierras observaríamos un perfil medioambiental diferente — más plantas perennes de cierta edad en lugar de tantas plantas anuales herbosas,” explicó el Dr. Timothy Schilling a Western Digs.

Schilling, miembro del equipo de investigación, es coautor de un artículo publicado en la revista Midcontinental Journal of Archaeology. En él se refiere al Monk’s Mound como un logro “increíblemente complejo” de la arquitectura de estructuras de tierra prehistóricas.

“Tanto si lo llamamos ingeniería como si no, sus constructores estaban sin duda familiarizados con los materiales,” declaró Schilling a Western Digs. “Hemos documentado reparaciones del montículo de gran envergadura que se ejecutaron de forma sorprendentemente eficiente.”

Representación artística del Monk’s Mound tal como aparece en el centro interpretativo del Parque Estatal de los Túmulos de Cahokia

Representación artística del Monk’s Mound tal como aparece en el centro interpretativo del Parque Estatal de los Túmulos de Cahokia

Los arqueólogos conjeturan que los obreros obtenían la tierra excavando en una zona cercana, empleándola a continuación para construir el túmulo. Lo hacían sin la ayuda de ruedas ni bestias de carga, transportando la tierra manualmente. El equipo, dirigido por el Dr. Neal Lopinot de la Universidad Estatal de Missouri, aprovechó el derrumbe del 2005 para tomar muestras de 22 puntos del interior del túmulo que habían quedado al descubierto y estudiar de este modo los sedimentos de terreno inundable utilizados en su construcción. Aparte de los restos de plantas perennes recolectadas como alimento, encontraron también semillas y esporas de plantas anuales silvestres cuyo ciclo vital es mucho más corto. Deducen de estos datos que la tierra de los sectores de terreno en los que se excavaba para obtener el material se removía con frecuencia.

“En consecuencia, creemos que la actividad en estas zonas de extracción de tierra no cesó durante el tiempo necesario como para que las plantas perennes arraigaran. El proceso de construcción debió de ser relativamente continuo, sin pausas prolongadas,” declaró Lopinot a Western Digs.

Los investigadores deducen de todo ésto que el Monk’s Mound fue construido mucho más rápidamente de lo que parecieron demostrar los sondeos realizados en los años 60. Por aquel entonces, y basándose en nueve muestras, varios investigadores formularon la teoría de que el túmulo se habría levantado en 14 fases en el transcurso de 250 años. Tal y como podemos leer en el Western Digs, esta hipótesis resultaba creíble hasta ahora por el gran tamaño del Monk’s Mound y por el hecho de que fuera construido manualmente.

Otra cosa que Schilling, Lopinot y su equipo de investigadores han descubierto es que las semillas no se encontraban quemadas ni carbonizadas, lo que les lleva a creer que fueron cubiertas de tierra rápidamente, sin llegar a estar expuestas a hogueras u otro tipo de fuegos.

Además, observaron que el terreno había sido cortado en bloques a modo de terrones, que eran colocados boca abajo sobre el túmulo. Por lo tanto, al menos parte del túmulo se construyó con terrones, no con tierra suelta transportada en espuertas.

El año 2005, los expertos llevaron a cabo reparaciones de emergencia con tecnología punta para reforzar la estructura del túmulo—reparaciones que salvaron al monumento de un colapso inminente. Lopinot ha asegurado que sin duda su construcción requirió de mentes inteligentes para poder seguir en pie 1.000 años después sin la ayuda de la tecnología actual.

Imagen de portada: Monk’s Mound, en Cahokia (Oakton Community College)

Autor: Mark Miller

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

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Mark Miller

Mark MillerEs un escritor de Ancient-Origins. Tiene una licenciatura en periodismo, es editor y escritor de periodicos y revistas, desde mucho se interesa de la antropología, la mitología y la historia antigua. Sus hobbies son escribir y dibujar. Lee mas
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