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Portada - Vista desde los pilares de la arquería del acueducto, donde se puede apreciar la completa ausencia de argamasa entre sus sillares. (David Corral Gadea/CC BY-SA 3.0)

El Acueducto romano de Segovia en estado crítico según indica un reciente estudio

El acueducto romano de Segovia, uno de los monumentos más emblemáticos de España, data de principios del siglo II d. C., de la época del célebre emperador Trajano. Esta impresionante obra romana de ingeniería traía agua a la ciudad desde el manantial de la Fuenfría, que nace en una sierra que se encuentra a unos 17 kilómetros de la capital castellana.

En su punto más elevado mide 28 metros de altura, y fue diseñado con dos órdenes de arcos sobre pilares, sumando un total de 167 arcos. Construido con sillares de granito en seco, colocados sin la ayuda de mortero ni argamasa algunos, el acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad. Se ha mantenido en activo a través de los siglos, y hasta casi nuestros días abastecía de agua a Segovia. Sin embargo, durante el siglo XX sufrió un patente deterioro, provocado principalmente por la contaminación medioambiental y por los propios procesos de erosión del granito.

 

 

De hecho, tal y como se indica perfectamente desde las páginas del periódico español El Norte de Castilla, los expertos llevan años alertando de que resulta imprescindible realizar cuidados constantes sobre el antiguo monumento romano. Es más, según expone el Doctor en Ingeniería de Minas Fernando Pedrazuela, el granito del Acueducto está en estado crítico, entre otros motivos porque su estructura se ve sometida a los importantes choques térmicos existentes en Segovia entre el día y la noche.

El doctor ingeniero en Minas, Fernando Pedrazuela, observando el Acueducto de Segovia. (Fotografía: El Norte de Castilla)

El doctor ingeniero en Minas, Fernando Pedrazuela, observando el Acueducto de Segovia. (Fotografía: El Norte de Castilla)

La conclusión del estado de la piedra con que se construyó el acueducto se extrae de la tesis doctoral que ha elaborado este especialista titulada ‘Caracterización petrográfica y petrofísica de la piedra monumental de la provincia de Segovia’. Un estudio que ha realizado durante los últimos 25 años.

Según Pedrazuela, la construcción del monumento de ingeniería romana se llevó a cabo con las piedras usadas entonces por los maestros canteros, que eran aquellas que «podían cantear» con las herramientas de la época, muy distintas a las que se utilizan en la actualidad. Por este motivo, el acueducto ya se edificó con piedra «parcialmente degradada con grano grueso». Pero por aquel entonces, las piedras se patinaban, es decir, se impregnaban con una película de proteína que las protegía del ataque del agua y posterior choque térmico, a fin de evitar que se crearan fisuras debido a la dilatación de los cristales de hielo al congelarse el agua por el frío nocturno.

Vista aérea del acueducto de Segovia. (McPolu/CC BY-SA 2.0)

Vista aérea del acueducto de Segovia. (McPolu/CC BY-SA 2.0)

Pedrazuela asegura que «aunque esté deteriorado, no significa que esté abandonado»; pero requiere que «no se le pierda de vista y habrá que intervenir de manera continua en el tiempo. (…) El Acueducto es un enfermo crónico y requiere unos cuidados intensivos de manera continua». Por eso, su tesis doctoral pretende ser una llamada de atención a toda la sociedad para que evite actuaciones que pueden ocasionar daños al monumento. «Gracias como meter la mano en grietas del monumento y llevarse pequeños fragmentos de los sillares» hacen mucho daño a la estructura. De hecho, en algunos puntos la piedra está tan debilitada que «con el simple toque del dedo se desgrana».

El experto insta a «no cesar en su limpieza» y evitar los espectáculos pirotécnicos en sus inmediaciones, así como la celebración de conciertos con gran potencia de decibelios porque «es como si le subiéramos en una estructura vibrante y le diéramos mazazos», comenta.

Pedrazuela cree necesario un nuevo estudio para ver cómo responden las juntas del monumento, comprobar el estado de la pátina contra la contaminación, examinar las pérdidas de material y, sobre todo, seguir evitando riesgos y peligros, así como procurar que no se produzcan actos vandálicos. Según afirma el ingeniero, no existe un riesgo inminente de caída,  pero sí hay que «evitar barbaridades» porque podrían provocar importantes daños: las dovelas de los arcos principales están apoyadas sobre «superficies de escasos centímetros», con lo que podría existir un riesgo estructural importante.

El acueducto de Segovia fue construido en el siglo II d. C., en tiempos del emperador romano Trajano. (AdríPozuelo/CC BY-SA 3.0)

El acueducto de Segovia fue construido en el siglo II d. C., en tiempos del emperador romano Trajano. (AdríPozuelo/CC BY-SA 3.0)

Imagen de portada: Vista desde los pilares de la arquería del acueducto, donde se puede apreciar la completa ausencia de argamasa entre sus sillares. (David Corral Gadea/CC BY-SA 3.0)

Autor: Mariló T. A.

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Mariló T.A.

Escritora freelance, bloguera y especialista en redes sociales, Mariló trabaja y colabora desde hace años en diversos medios de comunicación online. Apasionada de la naturaleza, los animales, la fotografía, la ecología, el biodinamismo, la espiritualidad, las civilizaciones antiguas, los viajes... Lee mas
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