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Portada-profundas lesiones craneales en el frontal de la calavera de un niño prehistórico de unos 8 años.Foto:Christian Meyer

Arqueólogos descubren pruebas de una masacre prehistórica: Huesos rotos y cráneos destrozados

Arqueólogos de la Universidad de Mainz, en Alemania, han descubierto una fosa común en Schoeneck-Kilianstaedten, cerca de Frankfurt. El descubrimiento puede ser la prueba de una antigua masacre que se remontaría a hace unos 7.000 años.

Este hallazgo sigue al descubrimiento de otros dos lugares de enterramiento en Alemania y Austria en los cuales las víctimas podrían haber pertenecido a la cultura Linearbandkeramik (LBK, Cultura de la Cerámica de Bandas) del 5.500 a. C. Este pueblo constituía una comunidad agrícola que emigró a Europa Central y que se distinguía por su particular estilo de cerámica.

 

 

Ejemplos de Cerámica de Bandas: “Las vasijas son globos achatados, cortados en su parte superior y ligeramente aplanados en su pie, sugiriendo la forma de una calabaza. (GDFL Wikimedia Commons)

Ejemplos de Cerámica de Bandas: “Las vasijas son globos achatados, cortados en su parte superior y ligeramente aplanados en su pie, sugiriendo la forma de una calabaza. (GDFL Wikimedia Commons)

Antigua Tragedia

La fosa común contenía 26 esqueletos. Las víctimas eran hombres, mujeres y niños, y pudieron haber pertenecido a una de las primeras y más antiguas comunidades de agricultores de Europa. Todos los esqueletos mostraban señales de terribles heridas, incluidos golpes en la cabeza con instrumentos contundentes como palos o porras y heridas de flecha. Los golpes en las espinillas pueden ser un intento de impedir que las víctimas escaparan. Algunas de los individuos que sufrieron el ataque pudieron haber sobrevivido, ya que esta violencia se dirigía principalmente hacia niños de corta edad y adultos, tanto hombres como mujeres. Esto apunta a que cualquier mujer joven presente en el momento del ataque pudo también haber sido capturada y secuestrada por los agresores.

“Fueron torturas o mutilaciones”, afirma Christian Meyer en declaraciones a The Associated Press (AP). Meyer es antropólogo y uno de los autores principales de la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias). “No podemos afirmar con certeza si las víctimas se encontraban aún con vida. Se trata de encontrar patrones, puntos en común. Una fosa común es algo espectacular, pero si constituye un hallazgo aislado simplemente es un enterramiento más. En cambio, si encontramos varios yacimientos similares dentro del mismo período, entonces surge un patrón y hay que investigarlo.”

 Se han encontrado muchos huesos rotos en una antigua fosa común de Alemania, como esta tibia fracturada perteneciente a un individuo adulto. Foto: Christian Meyer

Se han encontrado muchos huesos rotos en una antigua fosa común de Alemania, como esta tibia fracturada perteneciente a un individuo adulto. Foto: Christian Meyer

Los arqueólogos sugieren que las pruebas, juntamente con otros descubrimientos anteriores, apuntan a una serie de masacres sistemáticas hacia el final del período de la Cultura de la Cerámica de Bandas. Cierto número de yacimientos como los de Talheim, Schletz-Asparn, Herxheim o Vaihingen, aportan asimismo pruebas de masacres de poblados enteros, cuyos restos mutilados en Eilsleben y Ober-Hogern pueden apuntar al canibalismo.  

Tensiones Crecientes

Aunque no es posible afirmar con seguridad cuál fue el detonante de estos asesinatos, se sabe que dentro de este período tuvo lugar un cambio climático significativo en el que las sequías pudieron desempeñar un importante papel en la escalada de tensiones. Otras hipótesis propuestas son una crisis de refugiados provocada por unas inundaciones en el mar Negro u otras razones económicas o de otra índole. La Cultura de la Cerámica de Bandas también se había expandido considerablemente, aumentando de este modo el riesgo de conflicto con otras comunidades vecinas. Como agricultores que eran también se habrían asentado en una zona en lugar de atravesarla como suelen hacer los cazadores-recolectores. Las pruebas también indican que los diferentes grupos dentro de esta cultura podrían haberse vuelto unos contra otros.

Estas teorías pueden apoyarse en la existencia de una antigua frontera en las cercanías del yacimiento de Schoeneck-Kilianstaedten. Hay pruebas de comercio e intercambios de herramientas de sílex a ambos lados de esta frontera, pero, aparentemente, no a través de ella.

Representación artística de antiguos agricultores del Neolítico. (Fuente de la imagen)

Representación artística de antiguos agricultores del Neolítico. (Fuente de la imagen)

Se cree que la Cultura de la Cerámica de Bandas tuvo su origen en lo que hoy es Hungría. Se expandieron a lo largo de las orillas del Danubio y vivieron en esa región entre el 5500 a. C. y el 4500 a. C. Su cerámica también es conocida como Cerámica Lineal de Bandas, Cerámica Lineal o Cultura de la Cerámica Incisa y estaba generalmente fabricada con arcilla de la zona mezclada con materiales orgánicos y decorada con líneas curvas o rectas dispuestas en bandas. Algunos agricultores cultivaban lentejas, trigo y guisantes, y poseían reses y perros domesticados. También es posible que cazaran algunos animales en el bosque, como por ejemplo ciervos. Se cree que veneraban a una Diosa Madre que representaba a la cosecha, y que sus viviendas eran comunales, y estaban construidas con madera y bahareque (argamasa de barro y paja), concentrándose en núcleos de seis a ocho viviendas. Algunos de estos asentamientos contaban con una empalizada que se alzaba en torno al poblado, así que sabemos que tenían enemigos de los que debían defenderse.

“Lo que resulta particularmente interesante es el nivel de violencia” dijo el arqueólogo Chris Scarre de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, al comentar el estudio, publicado en la revista Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias. “No se trata simplemente de la supresión de una comunidad rival–sino de que se les rompían las piernas de manera cruel y sistemática.”

El Sr. Scarre añadió que esto sugiere el uso de tácticas de terror como parte de un acontecimiento más amplio de violencia entre diferentes tribus o comunidades de la zona. Este hecho podría haber sido ritualizado en algún momento, o quizás estaba basado en diferencias sociales o de clase.

Imagen de portada: profundas lesiones craneales en el frontal de la calavera de un niño de unos 8 años. Otras lesiones similares aportan pruebas inequívocas de una masacre prehistórica o práctica sistemática de torturas en una fosa común de Schoeneck-Kilianstaedten, cerca de Frankfurt, en Alemania. Foto: Christian Meyer

Autor: Robin Whitlock

Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

Robin Whitlock

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