Halloween: noche de duendes, brujas, elementales y aparecidos
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La noche del 31 de Octubre es una de las más mágicas del año. Es la noche en la que espíritus de fallecidos, brujos, elementales, leyendas, historias y temores se entrecruzan y danzan juntos, por unas horas, libres y errantes, bajo el mágico influjo de la luna. Actualmente a esta celebración se la conoce con el nombre de “Halloween”, que no es más que la contracción de la expresión inglesa “All Hallow’s Eve”, que, de forma literal, significa “Víspera de Todos los Santos”. Pero, ¿cuáles son los verdaderos orígenes de Halloween?
Orígenes romanos y célticos
Su origen es milenario y parece tener dos raíces muy claras: una céltica y otra romana.
Los romanos dedicaban en estos días una festividad a Pomona, la diosa de las cosechas y los frutos, cuyo símbolo es una manzana: recordemos que uno de los juegos tradicionales de Halloween es el juego de morder la manzana. Sin embargo, muchos años antes, los pueblos celtas de Irlanda, Gales, Escocia y norte de Francia, ya celebraban la festividad llamada Samhain.
Los romanos dedicaban una festividad a Pomona, diosa de las cosechas y los frutos, cuyo símbolo es una manzana: hay que tener en cuenta que uno de los juegos tradicionales de Halloween es el de morder la manzana. “Pomona” (c. 1700). Óleo sobre lienzo de Nicolas Fouché (1653-1733). Museo de Bellas Artes de Budapest. ( Public Domain )
Samhain o La Samon era una festividad céltica que se celebraba entre finales de octubre y principios de noviembre. Una ancestral tradición con la que que se festejaba el final de la época de la cosecha y el comienzo del invierno. Los druidas, auténticos sacerdotes o chamanes célticos, creían que en la noche del 31 de octubre, las brujas gozaban de mayor vitalidad y a ellos mismos se les concedía el don de adivinar el futuro. Se trataba de una noche en la que desaparecían, absolutamente, los límites entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Una noche en la que volvían del otro mundo los fantasmas de los muertos a llevarse consigo a los vivos.
Por eso, en la noche de Samhain los druidas encendían enormes fogatas y recitaban numerosos conjuros, con la intención de ahuyentar a los malos espíritus. Por su parte, la gente dejaba dulces o comida a la puerta de sus casas, con la esperanza de que los difuntos, tras alimentarse con tales manjares, se fuesen contentos y les dejasen en paz. Esta tradición, ligeramente transformada, ha llegado hasta nuestros días en el famoso trick-or-treat de los niños estadounidenses, en el que éstos, disfrazados de fantasmas, difuntos y otros seres terroríficos, piden dulces a “los vivos” a cambio de no asustarles.
En la tradición céltica, la noche de Samhain inauguraba el largo y crudo invierno. Un invierno por el que vagaban, perdidos, los fantasmas de los muertos del último año, en busca de cuerpos que poseer, hasta la llegada de la primavera.
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En la noche de Samhain, los druidas encendían enormes fogatas y recitaban numerosos conjuros con la intención de ahuyentar a los malos espíritus. Dibujo perteneciente al libro “ Pictures of English History” (Grabados I-IV) (1868) de Joseph Martin Kronheim. ( Public Domain )
Aparición del cristianismo
Cuando el cristianismo se impuso entre los celtas, la tradición de Samhain no desapareció pese a los esfuerzos realizados por la Iglesia por erradicar las creencias paganas. Sin embargo la fiesta sí que sufrió algunas transformaciones.
En el calendario gregoriano , el 1 de noviembre pasó a ser el Día de Todos los Santos . Samhain, la víspera de Todos los Santos, pasó a denominarse " All-hallows Eve " y, más tarde, como hemos indicado al principio del artículo, debido a la contracción de la expresión, apareció el término actual de " Halloween". Finalmente, el Día de Difuntos o Día de Todas las Almas pasó a ser el 2 de noviembre.
Las tres celebraciones juntas, Eve of All Saints (víspera de Todos los Santos), Day of All Saints (Día de Todos los Santos) y Day of All Souls (Día de Difuntos), se denominan en la tradición irlandesa Hallowmas.