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Portada - Detalle de un retrato fotográfico de Nikola Tesla a los 40 años de edad. (Public Domain)

Nikola Tesla, un genio olvidado: viaje a Estados Unidos y rivalidad con Edison (Parte II)

En el transcurso de su viaje a Estados Unidos, Nikola Tesla perdió sus maletas y su cartera, quedándose únicamente con la ropa que llevaba puesta y algunos centavos en los bolsillos. Por suerte para él, en Nueva York vivía un amigo suyo que lo acogió de forma provisional. Corría el año 1884 y Nikola tenía tan sólo 28 años de edad.

Encuentro y desencuentro con Edison

Armado con la carta de recomendación que le había escrito su anterior jefe galo, Charles Batchelor, y con su mente rebosante de ideas y proyectos, se presentó ante Thomas Alva Edison, ya que venía de trabajar en la sede parisina de la Continental Edison, compañía del ya célebre inventor norteamericano. A Edison, defensor a ultranza del método empírico de prueba y error, no le causó buena impresión aquel joven que resolvía mentalmente todos los problemas técnicos, sin realizar experimentación alguna. Sin embargo, pese a sus diferencias y gracias a los consejos aportados en aquella carta de recomendación, Edison contrató a Tesla con el fin de que mejorara los diseños de sus generadores de corriente continua. Poco después, Nikola sugirió que podría mejorar la eficiencia y reducir el costo de las dinamos que fabricaba Edison, a lo que el jefe de planta le respondió: "Te daremos cincuenta mil dólares si lo logras".

 

 

Durante los siguientes meses, Tesla diseñó 24 nuevos tipos de dinamos que funcionaron tal y como había predicho, adquiriendo la compañía Edison numerosas nuevas patentes. A mediados de 1885, cuando reclamó los 50.000 dólares prometidos, la respuesta de Edison fue: “Tesla, tú no comprendes el sentido del humor americano”. El joven inventor, furioso por no recibir ni un céntimo extra más allá de su salario de 18 dólares semanales, renunció a continuar trabajando con Edison.

Thomas Edison escuchando un fonógrafo de cilindro de cera en su laboratorio de Orange, New Jersey. Museo de Ciencia e Innovación de Schenectady, Nueva York. (Public Domain)

Thomas Edison escuchando un fonógrafo de cilindro de cera en su laboratorio de Orange, New Jersey. Museo de Ciencia e Innovación de Schenectady, Nueva York. (Public Domain)

Creación de la Tesla Electric Company

Tesla se vio obligado a trabajar como un simple obrero, pero los comentarios sobre sus proyectos llamaron la atención de su nuevo capataz, que lo recomendó a A. K. Brown, de la Western Union Telegraph Company. En abril de 1887, Brown y un amigo aportaron el capital necesario para crear la Tesla Electric Company. Casualmente, el nuevo laboratorio de Tesla se encontraba en el interior de un edificio que pertenecía a Edison.

Nikola construyó un nuevo generador bifásico de corriente alterna, el motor de inducción que ya había construido en Europa, y desarrolló la teoría matemática necesaria para explicar la operación de sistemas de corriente alterna a otros científicos. Además, en 1888 patentó todo lo inventado y sus creaciones y él fueron haciéndose conocidos y ganando fama. Así, el 16 de mayo de ese año fue invitado a ofrecer una ponencia sobre "Un nuevo sistema para motores y transformadores de Corriente Alterna" en la Asociación de Ingenieros Eléctricos de Nueva York, de la que ya era un miembro reconocido. 

Breve etapa Westinghouse

Tras la conferencia, George Westinghouse −un célebre inventor que había hecho una fortuna fabricando frenos neumáticos para trenes y una variedad de dispositivos eléctricos− contactó con Tesla para ver en persona su equipamiento. Entre ambos surgió una buena relación, y Westinghouse le ofreció a Tesla un millón de dólares por sus patentes de corriente alterna y le invitó a trasladarse a su fábrica de Pittsburgh, ofreciéndole un alto salario como asesor técnico. Tesla aceptó la oferta y les cedió medio millón a A. K. Brown y al socio de éste, que habían financiado la creación de su compañía.  

El inventor Nikola Tesla demostrando la posibilidad de transmisión de energía eléctrica sin cables, probablemente en su laboratorio de Nueva York en la década de 1890-1900. Tesla inventó un sistema de iluminación para viviendas sin utilizar cables ya en 1889. (Public Domain)

El inventor Nikola Tesla demostrando la posibilidad de transmisión de energía eléctrica sin cables, probablemente en su laboratorio de Nueva York en la década de 1890-1900. Tesla inventó un sistema de iluminación para viviendas sin utilizar cables ya en 1889. (Public Domain)

La comercialización de la corriente alterna supuso el inicio de la Guerra de las Corrientes con Edison quien seguía defendiendo el uso de su corriente continua y sólo apoyaba la corriente alterna para ser utilizada en la silla eléctrica, con el fin de desprestigiarla, mientras se dedicaba a electrocutar públicamente con ella a perros, caballos y otros animales para demostrar los peligros de la idea defendida por Tesla. Edison llegó incluso a grabar la electrocución de una elefanta de circo llamada Topsy, distribuyendo la grabación para que fuese visualizada por todos los Estados Unidos.

Sin embargo, surgieron problemas entre Tesla y los ingenieros de Westinghouse cuando estos intentaron utilizar sus diseños para producir pequeños motores de fase simple. Además, Nikola estaba seguro de que sus máquinas operaban de manera más eficiente a unos 60 Hz (entonces llamados 60 ciclos por segundo), mientras que los ingenieros de Westinghouse empleaban frecuencias de 133 Hz. Por todo ello regresó a su laboratorio de Nueva York rechazando una nueva oferta, muy lucrativa, de Westinghouse. Al poco tiempo  se le concedió la ciudadanía estadounidense.

Nuevos apuros económicos e investigación

Los problemas económicos no tardaron en reaparecer, para convertirse ya en una constante durante el resto de la vida de Tesla, quien decidió concentrarse en la experimentación, especialmente en el campo de las ondas de radio y de las altas frecuencias. Parte de su trabajo lo dedicó también a sus transformadores, conocidos hoy como “bobinas Tesla”. Gracias a su estudio de las altas frecuencias pudo desarrollar algunas de las primeras lámparas fluorescentes de neón, y también tomó la primera fotografía de Rayos X. Pero uno de sus descubrimientos más importantes lo realizó en noviembre de 1890, cuando consiguió iluminar un tubo de vacío sin cables, consiguiendo transmitirle la energía necesaria a través del aire. Tan espectacular demostración le consagró como uno de los grandes científicos de su tiempo, y al mismo tiempo supuso el nacimiento de la gran obsesión de Tesla: la transmisión inalámbrica de energía.

La elefanta Topsy, rodeada de periodistas y curiosos, se niega a cruzar el pontón que conduce al lugar en el que iba a ser electrocutada. Ante las dificultades para llevarla hasta el lugar previsto, fue finalmente electrocutada donde se encontraba. (Public Domain)

La elefanta Topsy, rodeada de periodistas y curiosos, se niega a cruzar el pontón que conduce al lugar en el que iba a ser electrocutada. Ante las dificultades para llevarla hasta el lugar previsto, fue finalmente electrocutada donde se encontraba. (Public Domain)

Comunicación inalámbrica y energía hidroeléctrica.

Algunos años después, Tesla demostró por primera vez la posibilidad de la comunicación inalámbrica. No había cables conectados entre el transmisor y el receptor, y cuando Tesla aplicó potencia al transmisor, el tubo Geissler del receptor se encendió. Nikola ya se había convertido en una celebridad, y sus servicios eran requeridos por científicos y altas autoridades de muy diversos países. Europa comenzaba incluso a reconocer la magnitud de sus logros, pero Tesla abandonó su activa vida social para volver a la investigación que tanto amaba.

Por aquel entonces se empezaba a discutir el concepto de la energía hidroeléctrica y la posibilidad de aprovechar la producida por las Cataratas del Niágara. Tanto la Westinghouse Electric Company como la General Electric Company (sucesora de la Edison General Electric Company), enviaron propuestas a Tesla para instalar su sistema polifásico. General Electric obtuvo una licencia para hacer uso de las patentes Tesla de Westinghouse y, por su parte, Westinghouse obtuvo el contrato para la planta de generación eléctrica del Niágara: en 1895 la planta comenzó a generar potencia, y la línea de transmisión se completó al año siguiente, encumbrando una vez más, la fama de héroe tecnológico de Tesla.

A comienzos de 1895 sobrevino una tragedia: mientras preparaba la primera demostración pública de su transmisor de radio, un incendio destruyó por completo su laboratorio, todo su equipamiento y sus registros. Tesla se desanimó profundamente porque había invertido todo su dinero en ese proyecto, sin tomar la precaución de asegurarlo previamente. Por fortuna, gracias al dinero que le suministró uno de los organizadores del proyecto de la planta del Niágara, Nikola pudo reconstruirlo.

Una de las primeras bobinas de Tesla construidas por Nikola Tesla en su laboratorio hacia el año 1895. (Thomas Commerford Martin/Public Domain)

Una de las primeras bobinas de Tesla construidas por Nikola Tesla en su laboratorio hacia el año 1895. (Thomas Commerford Martin/Public Domain)

En 1897 reanudó las pruebas de transmisión inalámbrica: el receptor fue operado sobre un bote que navegó por el río Hudson, demostrándose así la posibilidad de la transmisión inalámbrica a más de 40 kilómetros de distancia. Las dos patentes fundamentales de transmisión de energía eléctrica sin alambres fueron registradas en septiembre de 1897. En 1943, una vez ya fallecido Nikola Tesla, la Corte Suprema estadounidense determinó que el trabajo de Tesla se había anticipado al de Marconi, declarando inválida la importante patente sobre inalámbricos de Marconi de 1904. De hecho, cuando en 1909 Marconi ganó el premio Nobel por su aparato de radio con el que transmitió la primera señal de radio que cruzó el Océano Atlántico en 1901, había hecho uso de hasta 17 patentes tecnológicas propiedad de Tesla.

Primer barco teledirigido

Nikola utilizó sus conocimientos y patentes de radio para construir un barco teledirigido con la idea de incorporar su desarrollo a los torpedos y otros ingenios, y en septiembre de 1898 lo presentó en la Exhibición Eléctrica que tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York, sorprendiendo al público asistente e invitando a diversos voluntarios a manejar sus controles para demostrar así la simplicidad de su operatividad.

Su meta era vender un submarino operado de manera similar para que la Armada estadounidense lo utilizara en su guerra contra España: Tesla se oponía a dicho conflicto bélico y creía que su invento ahorraría muchas muertes, pero la Armada no se mostró interesada. Nuevamente se enfrentó a problemas financieros hasta que un amigo adinerado le prestó 10.000 dólares. Entonces construyó un oscilador de alta-frecuencia que generaba 4 millones de voltios, pero las chispas que producía eran demasiado grandes y violentas para su pequeño laboratorio de Nueva York.

Barco teledirigido de Tesla, que el científico dio a conocer en una demostración pública en el año1898. Museo de Nikola Tesla. Belgrado, Serbia. (Public Domain)

Barco teledirigido de Tesla, que el científico dio a conocer en una demostración pública en el año1898. Museo de Nikola Tesla. Belgrado, Serbia. (Public Domain)

Nueva etapa en Colorado Springs

Leonard E. Curtis, ex-abogado de Westinghouse asociado con la Colorado Springs Electric Company, invitó a Tesla a trasladarse a Colorado prometiéndole la cesión de un terreno situado al este de Colorado Springs y toda la electricidad necesaria. John Jacob Astor, propietario del famoso hotel Waldorf-Astoria de Nueva York, donde Tesla vivió y cenó durante varios años, aportó los 30.000 dólares necesarios para que Tesla pudiera mudarse y construir un nuevo y mayor laboratorio en mayo de 1899.

En tres meses edificó un laboratorio completo con una torre y un mástil con una esfera de cobre de un metro de diámetro que medía casi 61 m de altura. También erigió un oscilador de alta-frecuencia gigante que incorporaba un transformador resonante diseñado para excitar a la tierra eléctricamente y era capaz de transmitir energía inalámbrica a grandes distancias. Utilizando un receptor conectado a tierra para manejar los efectos de las descargas lumínicas que se daban en la región durante el verano, Tesla llegó a la conclusión de que la tierra estaba llena de cargas de fluido eléctrico. Fue entonces cuando pensó en la posibilidad de inducir ondas resonantes en la tierra con sus descargas de alto-voltaje, ondas que en su opinión podrían suministrar grandes cantidades de energía eléctrica que podría ser distribuida y conectada por todo el mundo.

La prueba inicial nocturna de su transmisor fue exitosa: del mástil surgieron rayos lumínicos de 45 metros cuyos estallidos se escucharon a casi 25 kilómetros del lugar. Luego sobrevinieron el silencio y la oscuridad, por lo que Nikola creyó que sus asistentes habían cortado el suministro de energía. Tras cerciorarse de que no era así, telefoneó a la compañía eléctrica y le respondieron que su experimento había destruido el generador: todo Colorado Springs se había quedado a oscuras.

Transmisor amplificador de Nikola Tesla en funcionamiento en su laboratorio de Colorado Springs (1899-1900). (Public Domain)

Transmisor amplificador de Nikola Tesla en funcionamiento en su laboratorio de Colorado Springs (1899-1900). (Public Domain)

El proyecto de su vida: comunicación mundial inalámbrica

El 7 de Enero de 1900 se trasladó nuevamente a Nueva York: había gastado 100.000 dólares en tan sólo 8 meses y estaba en bancarrota. Su plan era regresar a Colorado para continuar con sus experimentos, pero jamás logro restablecer sus finanzas. Mientras era ridiculizado por la prensa neoyorquina, Tesla necesitaba obtener dinero con urgencia para llevar a cabo su proyecto más ambicioso: una torre gigante y un colosal laboratorio con los que planeaba establecer una comunicación mundial inalámbrica. También pensaba retomar sus planes para construir un sistema de distribución de potencia eléctrica. Finalmente, J. Pierpont Morgan le entregó 150.000 dólares para construir la torre y los otros dispositivos necesarios en Wardenclyffe, Long Island, a cambio de controlar las patentes que Tesla aún conservaba.

Aquel dinero le valdría para construir una torre de 26,5 metros de altura, con una cúpula hemisférica de casi 21 metros de diámetro. Pero en diciembre de 1901 Marconi logró enviar señales telegráficas inalámbricas a través del océano Atlántico utilizando un equipamiento mucho más simple que el propuesto por Tesla, quien acusó a Marconi de violar varias de sus patentes. Además, los acreedores comenzaron a acosarle y, a pesar de sus esfuerzos, no consiguió nuevos apoyos financieros.

Tesla se derrumbó moralmente cuando en 1906 se detuvieron por completo las obras en Wardenclyffe debido a su insolvencia. Sin embargo, el oscilador de alto-voltaje ya se había completado, y cuando lo probó todos los habitantes del área comprendida entre Long Island y Connecticut pudieron observar sus rayos en el cielo nocturno. De todos modos, Tesla jamás realizó ninguna transmisión inalámbrica desde Wardenclyffe, y tampoco pudo desarrollar su sistema de distribución de energía eléctrica. En 1915 Tesla se vio obligado a entregar Wardenclyffe a sus acreedores, que dinamitaron la torre por su valor en chatarra.

Estación inalámbrica de Nikola Tesla construida en Wardenclyffe, Long Island, Nueva York (fotografía tomada en 1904). (Public Domain)

Estación inalámbrica de Nikola Tesla construida en Wardenclyffe, Long Island, Nueva York (fotografía tomada en 1904). (Public Domain)

Sus últimos años

Poco antes de la demolición de la torre Wardenclyffe, Hugo Gernsback, un viejo conocido de Tesla, reanudó su relación con el inventor. Gernsback era editor de la revista The Electrical Experimenter (El Experimentador Eléctrico). Siendo como también era científico e inventor eléctrico, Hugo Gernsback obtuvo 37 patentes a lo largo de su vida. Mucha gente le considera el “padre de la ciencia-ficción moderna”, ya que Gernsback publicó además varias historias de ciencia ficción.

En 1916 Gernsback invitó a Tesla a publicar un artículo sobre el transmisor de potencia y el proyecto Wardenclyffe. Tesla necesitaba la modesta retribución que Gernsback le ofrecía por su trabajo, y el artículo fue publicado en la edición de marzo de 1916 de The Electrical Experimenter. Asimismo, en 1919 Nikola escribió para la misma publicación una serie en 6 partes titulada “Mis inventos”, que fascinó a los lectores de la revista. En la mente de Tesla aún bullían multitud de nuevos proyectos.

Entre sus ideas más fantásticas estaban la de una máquina para captar y utilizar la energía de los rayos cósmicos, una técnica para establecer comunicación con otros planetas y un pulso electromagnético de tal potencia que sería capaz de derribar una flota de 10.000 aviones situada a 400 kilómetros de distancia (el famoso “rayo de la muerte”). Ocasionalmente, vendía los derechos de sus ideas más prácticas a terceros para que desarrollasen sus conceptos y obtenía así pequeñas cantidades de dinero. Pero dadas sus innumerables deudas, vivió el resto de sus días en un estado cercano a la pobreza sin perder nunca esa imagen personal, sofisticada y elegante, que tanto le gustaba.

Nikola Tesla leyendo el libro de Rudjer Boscovich “Theoria Philosophiae Naturalis” en su laboratorio de Nueva York ante la enorme bobina de uno de sus transformadores de alto voltaje (Public Domain)

Nikola Tesla leyendo el libro de Rudjer Boscovich “Theoria Philosophiae Naturalis” en su laboratorio de Nueva York ante la enorme bobina de uno de sus transformadores de alto voltaje (Public Domain)

En 1934 la Westinghouse Corporation evitó que terminara en la calle pagando sus rentas y le ofreció un estipendio mensual como asesor. A cambio, Tesla retiró su acusación de que Westinghouse había violado sus patentes sobre inalámbricos. En 1937 el gobierno yugoslavo le recompensó con una pensión mensual de 600 dólares, pero sus acreedores esperaban ávidos el envío de estos fondos para cobrarse su deuda.

Nikola se fue convirtiendo poco a poco en un ermitaño que sólo se relacionaba con las palomas que él mismo cuidaba y alimentaba. El que para muchos ha sido el mejor inventor de todos los tiempos, murió solo y empobrecido en una pequeña habitación de hotel el 7 de enero de 1943 a los 86 años. En la ciudad de Nueva York, donde se llevaron a cabo sus funerales, se reunieron más de dos mil personas entre las que destacaban notables figuras políticas y científicas de todo el mundo, incluidos tres premios Nobel.

Imagen de portada: Detalle de un retrato fotográfico de Nikola Tesla a los 40 años de edad. (Public Domain)

Autor: Mariló T. A.

Fuentes:

Muleta, Hugo. Monografías. Nikola Tesla: Un Científico Sabio https://www.monografias.com/trabajos30/nikola-tesla-cientifico-sabio/nikola-tesla-cientifico-sabio.shtml#ixzz4DvdMdioo

Palou, Nacho. Microsiervos: 150 años de Nikola Tesla https://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/150-aniversario-nikola-tesla.html

Méndez, Daniel. Abc.es/CIENCIA. Expediente Nikola Tesla: ¿por qué cayó en el olvido el mayor inventor del siglo XX?

Tedodrani, Massimo. “Nikola Tesla: biografía de un genio anónimo”. Editorial Sirio, 2011.

Carlson, W. Bernard. “Tesla”. Editorial Crítica, 2014.

“Firmado: Nikola Tesla. Escritos y cartas, 1890-1943”. Traducción y edición: Delgado, Miguel A., Editorial Turner, 2012

Imagen de Green Fairy

Mariló T.A.

Escritora freelance, bloguera y especialista en redes sociales, Mariló trabaja y colabora desde hace años en diversos medios de comunicación online. Apasionada de la naturaleza, los animales, la fotografía, la ecología, el biodinamismo, la espiritualidad, las civilizaciones antiguas, los viajes... Lee mas
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