Categorías  
Portada-“La Última Cena”, obra del genio del Renacimiento italiano Leonardo Da Vinci (1452-1519). Convento de Santa Maria delle Grazie, Milán. (Public Domain)

La figura histórica de Jesús de Nazaret (Segunda Parte)

Jesús de Nazaret fue un predicador judío natural de la región de Judea que vivió a comienzos del siglo I y murió crucificado en Jerusalén en torno al año 30. Con su figura y su mensaje se inició el cristianismo, pero las escasas fuentes no cristianas en las que es mencionado no aportan datos concretos sobre su vida. Pese a que sectores minoritarios han llegado a poner en duda su misma existencia, existe hoy un amplio consenso acerca de la historicidad de Jesús de Nazaret, personaje central de las religiones denominadas cristianas.

Leer ‘La figura histórica de Jesús de Nazaret (Primera Parte)

 

 

Infancia y juventud de Jesús

Resulta prácticamente imposible distinguir los hechos reales de los ficticios en lo que respecta a los relatos sobre la infancia de Jesús de Nazaret, que no aparecen en Marcos ni en Juan. Son tradiciones propias de Mateo y Lucas, independientes la una de la otra, que presentan algunas divergencias desde el punto de vista histórico.

I. Adoración de los Reyes Magos: Relato exclusivo de Mateo 2,1-12.

Presenta claras referencias a Isaías 60: " Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová…" Por tanto, la Adoración de los Reyes Magos podría representar un relato de la adoración de los reyes del mundo al Mesías, inspirándose en el texto del profeta Isaías. También podría reflejar la mejor acogida que iba a tener el nacimiento de Jesús por parte del mundo pagano, en lugar de por el pueblo judío.

II. Huida a Egipto: Relato también exclusivo de Mateo.

El relato guarda cierto paralelismo con Éxodo 2: al igual que Moisés fue salvado de las aguas, Jesús es salvado de la matanza de los niños que, presuntamente, había ordenado Herodes I el Grande. Algunos calculan que pudieron ser 25-30 niños de entre una población de unos 2000 habitantes. Teniendo en cuenta que Herodes mandó matar a toda la familia de su esposa y a tres de sus propios hijos, cabe dentro de lo posible. Sin embargo, ningún historiador judío ni romano hace mención explícita al hecho, a pesar de que eran muy cuidadosos en registrar todas las injusticias a las que eran sometidos.

“Huida a Egipto” óleo atribuido a Rembrandt (1627). Museo de Bellas Artes de Tours, Francia. La escena transcurre de noche, lo que permite situarla al principio de la huida, según el relato evangélico. (Public Domain)

“Huida a Egipto” óleo atribuido a Rembrandt (1627). Museo de Bellas Artes de Tours, Francia. La escena transcurre de noche, lo que permite situarla al principio de la huida, según el relato evangélico. (Public Domain)

Siguiendo el mismo relato, la familia regresa de Egipto y se instala en Nazaret. Judea, a la que pertenecía Belén, estaba bajo el poder de Arquelao, hijo de Herodes el Grande. Según Mateo, por temor a Arquelao, los padres de Jesús decidieron volver a Nazaret, que se encontraba en Galilea. En su narración, el evangelista hace referencia al cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento: “Y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret”. Así había de cumplirse lo que dijeron los profetas: «Lo llamarán nazareno» (Mateo 2,23). Sin embargo, Mateo no puede aportar ninguna referencia concreta de esta profecía, ya que la Biblia judía no menciona a Nazaret ni a los nazarenos.

III. La consagración de Jesús en el templo

La circuncisión de Jesús a los 8 días de edad, según expone Lucas, así como la consagración del niño en el templo, eran ritos habituales de acuerdo con la ley judía. El resto de la narración, en relación con Simeón y con Ana, puede tratarse de una elaboración midráshica, que representaría al pueblo de Israel a la espera de conocer a su Mesías. Incluye claras referencias a Isaías, capítulos 42, 49 y 52.

IV. El niño Jesús en el templo:

En el Evangelio de Lucas, Jesús, a la edad de 12 años y tras desaparecer durante tres días, es encontrado por sus padres debatiendo con los maestros. A esta edad, un niño judío ya era considerado “Hijo de la Ley” (Bar Mitzvah). Partiendo de esta realidad, el relato muestra un gran paralelismo con los de la Pasión: obediencia al Padre Celestial, y desaparición del Hijo de Dios durante tres días.

Jesús, a la edad de 12 años y tras desaparecer durante tres días, es encontrado por sus padres debatiendo con los maestros. En la imagen, Jesús entre los doctores, fresco de Giotto (1306). Capilla Scrovegni, Padua, Italia. (Public Domain)

Jesús, a la edad de 12 años y tras desaparecer durante tres días, es encontrado por sus padres debatiendo con los maestros. En la imagen, Jesús entre los doctores, fresco de Giotto (1306). Capilla Scrovegni, Padua, Italia. (Public Domain)

Por lo demás, debió de ser un joven normal que ayudaba a su padre José, que era artesano (tekton). San Justino Mártir, a finales del siglo II, interpretó que se dedicaba a fabricar material de labranza (arados, etc.). En la Vulgata, versión en latín de la Biblia realizada en el siglo V, San Jerónimo traduce la palabra tekton por el término latino faber, con la misma significación genérica de artesano. Atendiendo a la tradición popular, la mayoría de las actuales versiones de la Biblia traducen tekton por ‘carpintero’.

Actividad pública de Jesús

Según los Evangelios, Jesús inició su actividad pública al ser bautizado por Juan el Bautista en el Jordán, hecho que es aceptado como histórico por la mayoría de exégetas, dado lo humillante que debió resultar para los seguidores de Jesús frente a los de Juan.

Según Lucas, Juan Bautista comenzó su actividad pública "el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo de los Sumos Sacerdotes Anás y Caifás".

Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 de la fundación de Roma. Así, la fecha aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría entre los años 27 y 29 de nuestra era. Jesús debió ser bautizado unos meses después de comenzar Juan su predicación. Lucas 3,23 menciona que "Jesús comenzaba hacia los 30 años" su actividad. Con ello parece hacer referencia a que había alcanzado la edad de la necesaria madurez, según la tradición judía, para entrar al servicio del templo.

Jesús habría iniciado su actividad pública al ser bautizado por Juan el Bautista en el Jordán. En la imagen, San Juan Bautista, óleo de Francisco Pacheco (1608). Museo del Prado de Madrid, España. (Public Domain)

Jesús habría iniciado su actividad pública al ser bautizado por Juan el Bautista en el Jordán. En la imagen, San Juan Bautista, óleo de Francisco Pacheco (1608). Museo del Prado de Madrid, España. (Public Domain)

Por los Evangelios se deduce que predicó y desarrolló su actividad en un principio en la zona norte de Palestina, preferentemente en las aldeas que bordeaban el lago de Genesaret. De aquí habrían surgido sus primeros discípulos, pescadores de este lago, también llamado Mar de Galilea. De este modo, Jesús habría recorrido Palestina acompañado de sus discípulos pescadores, así como de algunos agricultores, un recaudador de impuestos y un grupo de mujeres.

De entre sus discípulos, escogió a doce apóstoles: Simón Pedro; Andrés el Apóstol, hermano de Simón Pedro; Santiago, el de Zebedeo; Juan, el hermano de Santiago el de Zebedeo; Felipe de Betsaida; Bartolomé, llamado Natanael de Caná; Tomás, el Dídimo; Mateo el Publicano, también llamado Leví el de Alfeo; Santiago, el de Alfeo; Judas el de Santiago, llamado Judas Tadeo; Simón el Cananeo, también conocido como Simón el Zelote y Judas Iscariote.

En los evangelios se narra que Jesús obraba milagros y curaciones, y que sus seguidores le consideraban el Mesías (ungido o elegido por Dios), destinado según las Sagradas Escrituras a instaurar el Reino de Dios en la Tierra.

Los Doce Apóstoles de Jesús de Nazaret, obra de Nicolás Francés (1434/1468). Museo de Santa Cruz, Toledo. (Public Domain)

Los Doce Apóstoles de Jesús de Nazaret, obra de Nicolás Francés (1434/1468). Museo de Santa Cruz, Toledo. (Public Domain)

Muerte y Resurrección de Jesús

Juan menciona en su evangelio que Jesús asistió a tres Pascuas judías (Jn 2,13; Jn 13), muriendo en la tercera de ellas, por lo que se supone que su actividad mesiánica se prolongó durante poco más de dos años: desde unos meses antes de la Pascua del año 28 hasta la del año 30.

Jesús decidió subir a Jerusalén coincidiendo con la Pascua judía, proclamándose rey y expulsando a los mercaderes del Templo. Esto trajo como consecuencia su apresamiento y ejecución en la cruz: un método de ajusticiamiento habitual en el imperio romano en delitos graves o en casos de traición. Respecto a la fecha de su muerte tampoco hay certeza, si tenemos en cuenta el uso simbólico de los números en la Biblia. Existen diversas referencias en los Evangelios, Flavio Josefo y Publio Cornelio Tácito al hecho de su muerte, ajusticiado bajo mandato del procurador romano Poncio Pilato, siendo Tiberio emperador de Roma. Según Lucas, fue descendido de la cruz un viernes: "era el día de la preparación y comenzaba el sábado".

Algunos autores fechan la muerte de Jesús en abril del año 30, durante el tiempo de la Pascua judía. Coincide además que en ese año el día de la Pascua cayó en sábado, tal y como señalan los cuatro evangelios. En todo caso, no pudo ser mucho más tarde, si tenemos en cuenta que tras su muerte se disolvió su grupo de seguidores durante un breve periodo de tiempo. Luego se volvieron a unir, se organizaron en comunidades y las autoridades judías comenzaron a perseguirlas cuando empezaron a resultar peligrosamente numerosas. Tras un tiempo de persecución, Pablo de Tarso se convirtió al cristianismo en el año 36 o 37 de nuestra era.

Algunos autores fechan la muerte de Jesús en la cruz en abril del año 30, durante el tiempo de la Pascua judía. Coincide además que en ese año el día de la Pascua cayó en sábado, como señalan los cuatro evangelios. En la imagen, Cristo crucificado, óleo de Diego Velázquez (1599-1660). Museo del Prado de Madrid, España. (Public Domain)

Algunos autores fechan la muerte de Jesús en la cruz en abril del año 30, durante el tiempo de la Pascua judía. Coincide además que en ese año el día de la Pascua cayó en sábado, como señalan los cuatro evangelios. En la imagen, Cristo crucificado, óleo de Diego Velázquez (1599-1660). Museo del Prado de Madrid, España. (Public Domain)

Ireneo de Lyon (130-208) —que fue auditor de San Policarpo (uno de los cuatro Padres Apostólicos y discípulo cercano de algún discípulo directo de Jesús)— afirmó en su época que «Jesús murió a una edad que lindaba con los cincuenta, en el umbral de su vejez». Por lo tanto, si aceptamos el año 35 para la muerte de Jesús, su nacimiento habría tenido lugar hacia el año 15 a. C.

Según otra teoría, Herodes Antipas y Herodías se casaron hacia el año 35 y éste fue el motivo de la muerte de Juan el Bautista. Jesús, que según los evangelios murió después que el Bautista, tendría que haber sido crucificado en torno al año 36. La destitución de Pilatos tuvo lugar en el 36-37, después de reprimir una revuelta en Samaria, siendo éstas las fechas más tardías posibles para datar la muerte de Jesús, si aceptamos como un hecho histórico que su condena a muerte fue firmada por Pilatos.

Los evangelios afirman que, después de su muerte, “al tercer día”, Jesús resucitó y ascendió a los cielos. Este hecho resulta fundamental para la mayoría de las iglesias cristianas, y se conmemora cada año con las fiestas de la Pascua Cristiana.

Los evangelios afirman que, tras su muerte, “al tercer día”, Jesús resucitó y ascendió a los cielos. En la imagen, Resurrección del Señor, óleo de Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682). Real Academia de Bellas Artes de Madrid, España. (Public Domain)

Los evangelios afirman que, tras su muerte, “al tercer día”, Jesús resucitó y ascendió a los cielos. En la imagen, Resurrección del Señor, óleo de Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682). Real Academia de Bellas Artes de Madrid, España. (Public Domain)

La búsqueda del Jesús histórico

Hasta mediados del siglo XVIII no se planteaban dudas acerca de la veracidad y fiabilidad histórica de los relatos evangélicos. Pero a partir de este siglo comienzan a cuestionarse desde las corrientes filosóficas del racionalismo alemán. Serán los protestantes alemanes quienes empiecen a buscar una respuesta a estas cuestiones, iniciándose así la que se ha denominado como ‘búsqueda del Jesús histórico’.

Desde el siglo XVIII, se han llevado a cabo tres misiones científicas para estudiar el Jesús histórico. Estas investigaciones se distinguen de los enfoques anteriores porque se basan en el método histórico para estudiar los relatos bíblicos, introduciendo nuevos métodos y técnicas específicas para establecer la validez histórica de sus conclusiones.

Los temas de fondo utilizados por los autores de las diversas Vidas de Jesús durante la primera búsqueda variaron. En algunos casos, su objetivo era alabar al cristianismo, en otros, atacarlo. Una de las primeras publicaciones notables en este campo fue la de Hermann Reimarus, quien interpretó a Jesús como una figura política de poco éxito que asumió que su destino era poner a Dios como rey de Israel. Reimarus escribió un tratado que rechazaba los milagros y acusaba a los autores de la Biblia de fraude, pero no llegó a publicarlo. Años más tarde, Gotthold Lessing publicó póstumamente la tesis de Reimarus.

Hermann Reimarus interpretó a Jesús como una figura política de poco éxito que asumió que su destino era poner a Dios como rey de Israel. (Public Domain)

Hermann Reimarus interpretó a Jesús como una figura política de poco éxito que asumió que su destino era poner a Dios como rey de Israel. (Public Domain)

Por su parte, David Strauss fue pionero en la búsqueda del Jesús histórico al rechazar todos los eventos sobrenaturales como elaboraciones míticas. Su obra de 1835, Vida de Jesús, fue uno de los primeros y más influyentes análisis sistemáticos de la historia de la vida de Jesús, con el objetivo de basar su estudio en una investigación histórica imparcial.

Asimismo, Albert Schweitzer presentó una importante revisión crítica de la historia de la búsqueda de la vida de Jesús en La Búsqueda del Jesús Histórico: De Reimarus a Wrede, denunciando la subjetividad de los diversos autores, que introducían sus propias preferencias en el carácter de Jesús.

Por otra parte, Bruno Bauer fue el primer teólogo académico que afirmó la no historicidad de Jesús. Sin embargo, su erudición fue enterrada por el mundo académico alemán, y siguió siendo un paria hasta que Albert Kalthoff rescató sus obras del abandono y la oscuridad.

Por último, un desafío directo a la primera búsqueda fue El Mito de Jesús, publicado por primera vez en 1909 y escrito por Arthur Drews, que planteó la teoría del mito de Cristo y la negación de la existencia de un Jesús histórico. Drews, amplificando y dando a conocer la tesis inicialmente propuesta por Bruno Bauer, saltó a la fama por la controversia internacional que provocó su libro.

Bruno Bauer fue el primer teólogo académico que afirmó la no historicidad de Jesús de Nazaret. (Public Domain)

Bruno Bauer fue el primer teólogo académico que afirmó la no historicidad de Jesús de Nazaret. (Public Domain)

La segunda búsqueda comenzó en 1953 e introdujo una serie de nuevas técnicas, pero se estancó en la década de los 70. Surgió como reacción al escepticismo promovido por Rudolf Karl Bultmann, que originó un periodo intermedio denominado por algunos autores “no búsqueda”. Serán los propios discípulos de Bultmann los que expondrán la necesidad de acceder al Jesús de la historia. A diferencia de la primera búsqueda, ésta no estará protagonizada en exclusiva por teólogos protestantes alemanes, sino que a ellos se unirán también teólogos católicos.

La tercera búsqueda del Jesús histórico fue propuesta por Stephen C. Neil y Tom Wright en 1988. En esta nueva etapa se rebasan los ámbitos de la filosofía y la teología, dando entrada a numerosos estudios de diversos campos como la sociología, arqueología, psicología, etc.

Por tanto, los retratos de Jesús construidos en las diferentes búsquedas tienden a menudo a diferir unos de otros, y también de la imagen ofrecida por los relatos de los Evangelios, no existiendo un retrato unificado del Jesús histórico que satisfaga a la mayor parte de los estudiosos.

En la actualidad continúa sin existir un retrato unificado del Jesús histórico que satisfaga a la mayor parte de los estudiosos. (Public Domain)

En la actualidad continúa sin existir un retrato unificado del Jesús histórico que satisfaga a la mayor parte de los estudiosos. (Public Domain)

Sin embargo, para las iglesias cristianas trinitarias (que son mayoritarias), Jesús sigue siendo -y continuará siendo- el Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad, enviado por El Padre para redimir al género humano del Pecado Original cometido por Adán y Eva. Para los cristianos, más allá de los estudios históricos, con Jesús se inicia en la tierra el Reino de Dios.

Imagen de portada: “La Última Cena”, obra del genio del Renacimiento italiano Leonardo Da Vinci (1452-1519). Convento de Santa Maria delle Grazie, Milán. (Public Domain)

Autor: Mariló T. A.

Referencias

Guijarro Oporto, Dr. Santiago: El Jesús Histórico. Biblioteca Católica Digital https://www.mercaba.org/FICHAS/upsa/tema_02.htm

Pagola, José Antonio: JESÚS, Aproximación Histórica. https://centrodeformacion.com.ve/formacionnacional/fraternidad/sesion-I/docs/5.pdf

Sanders, E. P. : La Figura Histórica de Jesús. Editorial Verbo Divino, año 2000 https://arminianos.files.wordpress.com/2012/01/e-p-sanders-la_figura_historica_de_jesus.pdf

Bruce, FF: ¿Son fidedignos los documentos del Nuevo Testamento? Editorial Caribe, Barcelona, año 1972. https://razondelaesperanza.files.wordpress.com/2015/10/bruce-f-f-_son-fidedignos-los-documentos-del-nuevo-testamento.pdf

Meier, John P: Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico. Editorial Verbo Divino, año 1998. https://laicos.antropo.es/biblia-y-libros/Meier.JohnP_Un-judio-marginal-1.pdf

González Echegaray, J., Arqueología y evangelios, Verbo Divino, Estella, 1994. https://www.verbodivino.es/libro/352/arqueologia-y-evangelios

George, Augustin y Grelot, Pierre (Eds.) (1992). Introducción Crítica al Nuevo Testamento. Herder.

Imagen de Green Fairy

Mariló T.A.

Escritora freelance, bloguera y especialista en redes sociales, Mariló trabaja y colabora desde hace años en diversos medios de comunicación online. Apasionada de la naturaleza, los animales, la fotografía, la ecología, el biodinamismo, la espiritualidad, las civilizaciones antiguas, los viajes... Lee mas
Siguiente Artículo